Quantcast
Channel: LA BITACORA DE MANECO
Viewing all 2222 articles
Browse latest View live

LOS NUEVOS MUTANTES: TRISTE Y SOLITARIO FINAL

$
0
0
Los Nuevos Mutantes. Director: Josh Boone. Protagonistas:Blu Hunt (Danielle Moonstar / Mirage), Maisie Williams (Rahne Sinclair / Wolfsbane), Anya Taylor-Joy (Illyana Rasputin / Magik), Charlie Heaton (Samuel Guthrie / Cannonball), Henry Zaga (Roberto da Costa / Sunspot) y Alice Braga (doctora Cecilia Reyes). Participación especial de Marilyn Manson (voz de los Smiley Men). Guionistas: Josh Boone y Knate Lee, basados en personajes y situaciones creados por Chris Claremont, Bob McLeod y Bill Sienkiewicz para el cómic The New Mutants de Marvel, con especial atención al arco argumental The Bear Demon Saga(1984). Ilustrador del afiche y los títulos principales: Bill Sienkiewicz. 20th Century Studios / Marvel Entertainment / Genre Films / Sunswept Entertainment. EE.UU., 2020. Estreno en la Argentina: 1° de abril de 2021.


Después de tanto retraso, debido a la pandemia y la cuarentena, Los Nuevos Mutantes (The New Mutants) al fin llega a los cines argentinos. Interesante por tratarse del último eslabón en la larga cadena de los X-Men a cargo de la 20th Century Fox, antes de ser comprada por Disney y rebautizada como 20th Century Studios, el film que pretendía ser el inicio de un nuevo desprendimiento terminó siendo el último adiós del universo cinematográfico mutante tal como lo conocimos.


El efecto bajón, sin embargo, no viene dado por esta circunstancia desconocida por el equipo técnico al momento de realizar la película, sino por el tono opaco, gris y medio deprimente que el director y guionista Josh Boone eligió para reflejar el estado emocional de sus cinco turbados mutantes adolescentes, encerrados en un hospital-cárcel aislado del exterior.


La premisa es buena, sobre todo porque baja la adrenalina intergaláctica de los X-Men, siempre al palo, hasta una intimidad algo agobiante e introspectiva, que le viene como anillo al dedo a la hibridada identidad de la cinta. Porque antes que una película de superhéroes, Los Nuevos Mutantes se asume como una de terror. Un terror psicológico y metafísico, apoyado en representaciones físicas del miedo mucho más perturbadoras que el chorreo indiscriminado de hemoglobina.


Hasta ahí todo bien. La fusión entre El club de los cinco (The Breakfast Club) y Clive Barker funciona, sobre todo en la primera parte del metraje. Después se desdibuja, pierde efecto y se diluye en cuestiones discursivas que se vuelven lentas, monótonas, redundantes y aburridas. Dignas del previsible y anticlimático final al que arriban. Como escena post-créditos de Logan está mucho mejor que Dark Phoenix. Para la saga cinematográfica de los X-Men, Los Nuevos Mutantes queda como un final demasiado triste y solitario.
Fernando Ariel García

MONSTER HUNTER: MÁS VALE MORIR RÁPIDO

$
0
0
Monster Hunter: La cacería comienza. Director: Paul W.S. Anderson. Protagonistas: Milla Jovovich, ​Tony Jaa, Clifford "T.I." Harris Jr., Ron Perlman, Diego Boneta, Meagan Good, Josh Helman y Jin Au-Yeung, entre otros. Guionista: Paul W.S. Anderson, basado en personajes y situaciones del homónimo videojuego de Capcom. Impact Pictures / Constantin Film / Tencent Pictures / Tōhō. EE.UU. / Alemania / Reino Unido / Canadá / China / Japón, 2020. Estreno en la Argentina: 4 de marzo de 2021.


Barcos pirata que surcan bravíos océanos de arena. Pandilleros retrofuturistas escapados de la Cúpula del Trueno. Monstruos gigantescos que hacen quedar a Godzilla y a King Kong como tiernos peluches de los Ositos Cariñosos. Armas de tamaño desproporcionado y potencia ilimitada. Una trama cosida con retazos de distintos géneros: bélico, ciencia-ficción, terror, kaiju, fantasía heroica. Cuarenta años atrás, esta Monster Hunter: La cacería comienza (Monster Hunter) podría haber funcionado como digno relleno de los platos principales que servía la Métal Hurlant de Moebius, Jodorowsky, Bilal, Montellier, Druillet y compañía.


Realmente pensaba esto mientras iba mirando la adocenadísima adaptación del clásico videojuego de Capcom. Hasta que, claro, el Gato apareció en escena. Y con el Gato todo terminó de derrapar; y lo poco que funcionaba (poniéndole muchísima buena voluntad, es cierto) se fue, literalmente, a la mierda. Y quebrado el débil pacto de credibilidad que había firmado con la dupla Anderson-Jovovich, el film desnudó brutalmente su inconsistencia, su desinterés, su gratuito trazo grueso, su pobreza conceptual y anomia narrativa.


Hasta donde sé, porque nunca lo he jugado, la única premisa de Monster Hunter (el juego) es matar al monstruo o ser muerto por el monstruo. No hay mucho más en el material original y, obviamente, no hay nada más en el film que la pandemia obligó a posponer su estreno en todo el mundo. Juego del gato y el ratón entre salvajes megacriaturas y humanos estereotipados fuera de cualquier límite tolerable, la película termina con una promesa de continuidad que mete más miedo que el vacío metraje que la antecede.
Fernando Ariel García

KONG – LA ISLA CALAVERA: GIGANTE CHIQUITO

$
0
0
Kong: La Isla Calavera. Director: Jordan Vogt-Roberts. Protagonistas: Tom Hiddleston, Samuel L. Jackson, John Goodman, Brie Larson, Jing Tian, Toby Kebbell, John Ortiz, Corey Hawkins, Jason Mitchell, Shea Whigham, Thomas Mann y John C. Reilly, entre otros. Guionistas: Dan Gilroy, Max Borenstein y Derek Connolly, sobre una historia original de John Gatins basada en personajes y situaciones creados por Edgar Wallace y Merian C. Cooper para la película King Kong (1933). Legendary Pictures / Tencent Pictures. EE.UU., 2017. Estreno en la Argentina: 9 de marzo de 2017.


Entiendo que no hayan querido hacer otra remake de la clásica King Kong. Ya la había hecho Peter Jackson en 2005 y, a pesar de toda la parafernalia y el indiscutido amor por la criatura que destilaba el film, la moderna reinvención seguía sin tocarle los talones al viejo metraje de 1933, inmortalizado por la magia que supo insuflarle Willis O’Brien, pionero de los efectos especiales. Entiendo también que hayan querido despegarse de la trágica historia de amor que yace en el material original, resignando la explosiva tensión sexual que late en la herida de esa consumación imposible. Lo que no entiendo es por qué decidieron jibarizar la icónica y monumental estatura de Kong, reduciéndolo a un héroe de acción capaz de competir con Bruce Willis a ver quién es más duro de matar.


Porque el Kong de esta Kong: La Isla Calavera(Kong: Skull Island) no pasa de eso: Un paladín incomprendido, resabio de una época de Titanes que se niegan a desaparecer y, por lo que parece, están a punto de recuperar su antiguo liderazgo mientras garantizan el balance necesario para que la Tierra no desaparezca a causa del accionar del Hombre. Mientras tanto, munido de su destino pre-histórico, este simio guardián del equilibrio perdido avanzará a trompazo limpio contra todo monstruo y contra todo ser humano que pretenda doblegar su figura y su reinado.


Ambientada principalmente en 1973, sobre el fin de la guerra de Vietnam y la debacle de la administración Nixon, la película desdibuja su identidad (y la de Kong) al intentar generarse (y generarle) una nueva, diametralmente opuesta a la anterior. En la mescolanza se ven las hilachas de Moby Dick y Apocalypse Now!, de Jurassic Park y Pelotón. Marcas de agua que no llegan a permear la superficie sonora y visual, por lo cual quedan reconvertidas en muecas estériles de las cargas filosóficas, políticas y éticas que uno puede encontrar en esas obras si se anima a rascar la cáscara y asomarse al abismo de la existencia. La prueba más cabal está en las morisquetas caricaturescas que da Samuel L. Jackson, intentando vestir la piel de un militarizado capitán Ahab en busca de su venganza monomaníaca.


Lo único que la película hace bien (en mi opinión) es sentar las bases para la construcción del Universo de Monstruos que desea patentar Legendary Pictures, en obvia comparación con el Universo Cinematográfico de Marvel. Una idea cohesionada alrededor de la organización secreta Monarch, aparecida en la Godzilla de 2014 y encargada de tender los puentes argumentales entre el kaiju japonés y los monstruos occidentales, brindando sustento teórico al combate de fondo que anticipa la escena post-créditos: Godzilla versus Kong. El resto es ruido.
Fernando Ariel García 

GODZILLA 2: MÁS GRANDE, MÁS ZONZO

$
0
0
Godzilla 2: El Rey de los monstruos. Director: Michael Dougherty. Protagonistas: Kyle Chandler, Vera Farmiga, Millie Bobby Brown, Ken Watanabe, Bradley Whitford, Sally Hawkins, Charles Dance, Thomas Middleditch, Aisha Hinds, O'Shea Jackson Jr. y Zhang Ziyi, entre otros. Guionistas: Michael Dougherty, Zach Shields y Max Borenstein, basado en personajes y situaciones creados por Ishirô Honda (entre otros) para las películas Godzilla (1954), Rodan(1956), Mothra (1961) y Godzilla contra Ghidorah, el dragón de tres cabezas(1964). Warner Bros. / Legendary Pictures. EE.UU., 2019. Estreno en la Argentina: 30 de mayo de 2019.


Podríamos decir que estamos frente a un estratégico cambio de guardia en el rincón que Godzilla ocupa dentro del Universo de Monstruos de Legendary Pictures. Pareciera que la empresa decidió cambiar el racionalismo científico de los principales personajes humanos para resaltar el involucramiento emocional de los recién llegados, apostando a que esta movida realce el costado aventurero de la trama y genere algo de empatía con el público. Así que vamos a decirle adiós a Ken Watanabe y Sally Hawkins (a quienes conocimos en la Godzilla de 2014) para recibir con los brazos abiertos a la superestrella de Netflix, Millie Bobby Brown, después de su exitazo en Stranger Things y antes de su desembarco como Enola Holmes.


Todo bien con este gesto, pero la verdad es que el movimiento no implica cambios; y Godzilla 2: El Rey de los monstruos(Godzilla: King of the Monsters) no corrige ninguno de los errores que había cometido el primer eslabón de la saga, sino que los profundiza. Y como si esto fuera poco, le suma la desmesura caricaturesca y grosera de Kong: La Isla Calavera. ¿El resultado? Esplendor visual garantizado, apoyado en un guion bastante inexistente y ridículo, contado con una narrativa descuajeringada.


El film promueve la sobreabundancia. Todo es enorme y hueco, alimento para el ojo y engañapichangas para el raciocinio. Una sobrecarga de adrenalina, fuego y destrucción que no emociona ni conmueve. Y, por algunos tramos, ni siquiera interesa. Entre las varias subtramas que corren en paralelo, las más importantes son dos. Una, la causa medioambiental devenida accionar terrorista de un grupo ultramilitarizado, que necesita del despertar de todos los Titanes para poner orden sobre la Tierra. Un orden que, claro, necesita pasar por la destrucción global previa. Y dos, una serie de asuntos personales que los monstruos gigantes deberán resolver entre ellos, a puñetazo limpio.


En este último punto es donde descansa el mayor atractivo de la película. Al menos, para los veteranos como yo que crecimos viendo los Sábados de Súper Acción. La aparición de otros tres tanques de la escuadra Toho, mítico estudio cinematográfico japonés responsable de la existencia del género kaiju, que es como se suele denominar al cine oriental de monstruos gigantes pisoteando ciudades. Estoy hablando, en particular, del pteranodonte Rodan, la polilla Mothra y el más malo entre los malos, el dragón tricéfalo Ghidorah.


Lo ideal sería adelantar las partes en que los humanos interfieren el metraje, para detenerse en las peleas entre los Titanes, que es como volver a ver los encontronazos entre Martín Karadagián y la Momia, el Caballero Rojo y el commendatore Benito Durante, o el Ancho Peucelle y el gitano Ivanoff. Sabemos que es todo mentira, pero nos gusta que sea así. No hay ningún Di Sarli que le ponga emoción, es cierto; y le haría mucha falta la pimienta de un William Boo, pero los yanquis piensan que el catch es la puesta en escena de la WWE: Mucho ruido y volumen al palo. Hay una escena post-créditos y un fugaz cameo de Kong, anticipando la pelea de fondo que se viene.
Fernando Ariel García

XVII ENCUENTRO DE CINE EUROPEO EN LA ARGENTINA, ONLINE Y GRATIS, DEL 1° AL 30 DE MAYO

$
0
0
(Información de prensa) 14 países. 19 películas. La Delegación de la Unión Europea en Argentina se complace en presentar la segunda etapa de la XVII edición del Encuentro de Cine Europeo (ECE), que comprende una selección muy especial de diecinueve películas de Alemania, Austria, Bélgica, Croacia, Dinamarca, Eslovenia, España, Finlandia, Francia, Italia, Polonia, Portugal, Rumania y Suecia.


El Encuentro de Cine Europeo se desarrollará, de manera online y gatuita, entre el 1° y el 31 de mayo de 2021, y sus actividades se unen a la programación en ocasión del Mes de Europa, llamado así porque el 9 de mayo cada año se celebra el Día de Europa. Con una programación renovada y con una mirada con perspectiva de género, los títulos nos invitan a reflexionar sobre la desigualdad, el empoderamiento, la discriminación y la exclusión, entre otros. Las películas estarán disponibles en forma gratuita entrando al sitio web del Encuentro de Cine Europeo: https://www.cineueargentina.com.

Programación


La pareja perfecta (Das schönste Paar, 2018, Alemania / Francia), de Sven Taddicken: Las vacaciones de ensueño de la joven pareja Liv y Malte en una isla del mar Mediterráneo se convierten en una pesadilla: Son atacados por tres jóvenes en su casa y Liv es brutalmente violada. 


De regreso en Alemania, la pareja de docentes logra recuperar su rutina, hasta que Malte reconoce a uno de los atacantes y opta por buscar venganza. Con Maximilian Brückner y Luise Heyer.


Erik & Erika (2018, Austria), de Reinhold Bilgeri: La verdadera historia del hombre que se convirtió en campeona mundial del esquí femenino. Erik Schinegger nació y creció como mujer hasta que un nuevo test médico demostró que genéticamente era un hombre. 


Esta película cuenta la historia de su vida como mujer, su definitiva transición a la masculinidad y su lucha por reconocimiento en una época en la que no había lugar en el diccionario social para una palabra como “transgénero”. Con Ulrike Beimpold, Christoph Bittenauer, Nives Bogad, Sarah Born y Hans-Maria Darnov.


Emma Peters (2018, Bélgica / Canadá), de Nicole Palo: En 34 años de existencia, Emma no ha llegado muy lejos. Convencida de que su vida es un fracaso, decide ponerle fin. 


Mientras lo prepara, conoce a Alex, el amable empleado de una funeraria. Lejos de disuadirla, la ayuda de formas inesperadas. Con Monia Chokri y Fabrice Addi.


Tú me llevas (Ti mene nosiš, 2015, Croacia), de Ivona Juka: Tres hijas, tres padres, tres generaciones, tres perspectivas sobre las relaciones que pueden variar enormemente. 


La película cuenta varias historias cuyo eje es la lucha por la supervivencia, el perdón y las nuevas oportunidades. Con Lana Barić, Vojislav Brajović y Nataša Janjić.


Una familia perfectamente normal (En helt almindelig familie, 2020, Dinamarca), de Malou Reymann: Thomas, Helle, Emma y Caroline son una familia “perfectamente normal”. Pero cuando el padre de la familia, Thomas, les dice que es transgénero, todo cambia.
 

La familia lucha por aferrarse a todo lo que tenían juntos y, al mismo tiempo, tiene que aceptar que a partir de ahora todo será diferente. ¿Puede Thomas, ahora llamado Agnete, formar parte de la familia tal como antes? ¿Se puede ser padre, siendo mujer? Con Jessica Dinnage, Mikkel Boe Følsgaard, Hadewych Minis y Kaya Toft Loholt.


Fat Front
(2019, Dinamarca), de 
Louise Detlefsen: Documental danés sobre cuatro mujeres escandinavas: Helene, Marte, Pauline y Wilde que se niegan a sentir vergüenza por estar gordas. Ellas exigen respeto y reconocimiento en una sociedad obsesionada con la dieta, mientras luchan con su falta de autoestima. Durante bastante tiempo han puesto sus vidas en espera hasta el día en que se vieran delgadas, este día nunca llegó, pero sí han llegado a encontrarse con ellas mismas. 


Fat Front, con un tono provocativo del feminismo y un enfoque artístico de la belleza del cuerpo, busca cambiar la forma en que vemos los cuerpos. El documental ofrece una visión poderosa e inspiradora de la vida del activismo corporal.


Mi último año como Loser (Ne bom več Luzerka, 2018, Eslovenia), de Urša Menart: Špela, quien pronto cumplirá 30 años, es una joven graduada en Historia del Arte que lucha por encontrar un trabajo estable. Mientras tanto se gana la vida como recepcionista de una galería de arte, guardavidas en una piscina, y camarera en un bar de la ciudad. A diferencia de sus mejores amigas, que se mudaron de Eslovenia hace años y no tienen la intención de regresar, Špela insiste en quedarse en Ljubljana, aunque la mayor parte de su vida social se desarrolla a través de Skype.
 

Cuando su novio de toda la vida también se marcha tras recibir una oferta de trabajo en el extranjero, Špela se queda sin departamento, trabajo y compañía. De vuelta en la casa de sus padres y su abuela, quien ahora ocupa la que fuera su habitación de niña, Špela se da cuenta de que crecer será más difícil de lo que esperaba.


Lo que arde (2019, España / Francia / Luxemburgo), de Oliver Laxe: Cuando Amador Coro sale de la cárcel por haber provocado un incendio, nadie lo espera. Vuelve a su ciudad natal, un pequeño pueblo escondido en las montañas de la Galicia rural, para vivir con su madre mayor, Benedicta, y tres vacas. 


La vida transcurre tranquilamente, siguiendo el ritmo de la naturaleza. Hasta la noche en que un incendio arrasa la región.


Helsinki Mansplaining Massacre (2018, Finlandia), de Ilja Rautsi: Un hombre habla condescendientemente con alguien (generalmente una mujer) acerca de un tema sobre el cual tiene incompleto conocimiento, con la suposición errónea de que él sabe más sobre aquel tema, que la persona con la que está hablando. 


Una comedia de terror intensamente histérica sobre la lucha desesperada de una mujer por sobrevivir a una horda de hombres con egos frágiles, que solo quiere explicarle todo. Pero el mayor horror puede estar más cerca de ella de lo que cree. Cortometraje con Anna Paavilainen, Leo Honkonen y Ella Lahdenmäki.


Los jóvenes salvajes (Les garçons sauvages, 2017, Francia), de Bertrand Mandico: A principios del siglo XX, cinco chicos de buena familia, ebrios de libertad, cometen un acto salvaje. Por ese hecho son encerrados en un barco por el Capitán, atrapados en un viaje que se transforma en un crucero represivo. 


Tras amotinarse, los jóvenes llegan a una misteriosa isla de vegetación lujuriosa y placeres ocultos, donde sus vidas se transformarán para siempre. Basada en The Wild Boys: A Book of the Deadde William S. Burroughs. Con Pauline Lorillard, Vimala Pons y Diane Rouxel.


Una niña (Petite Fille, 2020, Francia), de Sébastien Lifshitz: Cuando crezca, será una niña. Esto es algo con lo que Sasha lleva soñando desde su niñez. Además de varias entrevistas con los padres, quienes hablan claramente de Sasha como su niña, la película muestra también la lucha incansable de la familia contra un entorno hostil. 


En el documental, vemos a Sasha jugando, yendo a clases de ballet y durante una visita a un terapeuta especializado en identidades de género. En la escuela, a Sasha no se le permite vestir 'como una niña', debe usar ropa 'de niños'. En varias ocasiones Sasha no entiende por qué los adultos lo hacen todo tan complicado, y no la dejan simplemente ser quien es y vestir lo que le apetezca. Film presentado de manera conjunta con el 19° Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos (FICDH).


El valor de una mujer (Nome di donna, Italia), de Marco Tullio Giordana: Nina deja Milán para mudarse a un pequeño pueblo de Lombardía. Allí encuentra trabajo en una prestigiosa clínica para ancianos donde trabajan muchas otras mujeres. Pero el lugar esconde un oscuro secreto. 


Cuando Nina lo descubra, se verá obligada a enfrentarse a los directivos de la clínica y a sus propias colegas en una batalla por hacer valer sus derechos y proteger su dignidad. Con Cristiana Capotondi, Laura Marinoni, Michela Cescon, Stefano Scandaletti y Valerio Binasco.


Ganas de vivir (Chce się żyć, 2013, Polonia), de Maciej Pieprzyca: Mateusz, un hombre joven e inteligente, sufre una severa parálisis cerebral y es atrapado en su propio cuerpo. Su mundo protegido se destruye cuando lo internan en una institución, donde es maltratado. 


Ganas de vivir narra su problemático crecimiento en la transición de Polonia entre 1980 y 1990. Con Dawid Ogrodnik, Kamil Tkacz y Dorota Kolak.


Morir como un hombre (Morrer como um homem, 2009, Portugal / Francia), de João Pedro Rodrigues: La noche de Lisboa como homenaje y réquiem, a través de la historia de Tonia, un transexual cuya juventud ha quedado atrás y desea operarse para cambiar de sexo. 


El amor le da sentido a su vida, pero también sufrimiento; y es entre esa pasión por vivir la vida intensamente y ese padecer de la soledad -que siempre amenaza- donde se instala esta poderosa tercera película de João Pedro Rodrigues. Con Chandra Malatitch, John Jesus Romã e Ivo Barroso.


Acasǎ, my home (2020, Rumania / Alemania), de Radu Ciorniciuc: Durante dos décadas, la familia Enache ha vivido en una casa hecha con materiales de desecho, cerca del delta de Bucarest. La familia vivió en perfecta armonía con la naturaleza durante dos décadas, durmiendo en la cabaña a orillas del lago, pescando con las manos desnudas y siguiendo el ritmo de las estaciones. 


Cuando esta área se transforma en un parque nacional público, se ven obligados a dejar atrás su vida poco convencional y mudarse a la ciudad, donde las cañas de pescar son reemplazadas por teléfonos inteligentes y las tardes ociosas ahora se pasan en las aulas. A medida que la familia lucha por adaptarse a la civilización moderna y mantener su conexión entre ellos y con ellos mismos, cada uno comienza a cuestionar su lugar en el mundo y cuál podría ser su futuro. Con sus raíces en el desierto, los nueve hijos y sus padres luchan para encontrar una manera de mantener unida a su familia en la jungla de asfalto. Documental.


Yo soy Greta (I'm Greta, 2020, Suecia), de Nathan Grossman: La historia de la activista ambiental adolescente Greta Thunberg es contada a través de material inédito y cautivante en este documental íntimo. Partiendo de la huelga escolar individual para la acción ambiental frente al Parlamento sueco, Grossman sigue a Greta -una estudiante tímida con Síndrome de Asperger- en su ascenso a la notoriedad y su impacto decisivo a medida que inspira huelgas estudiantiles alrededor del mundo. 


La película culmina con su viaje en velero a través del Océano Atlántico para hablar en la Cumbre de la ONU sobre la Acción Climática en Nueva York.


Tricky Women. De viajes, asuntos del corazón y periferias (Austria): Mujeres artistas del cine de animación presentan sus trabajos más recientes, que vislumbran la situación actual de las películas de animación en Austria. 


En esta oportunidad les presentamos una selección especial de tres cortos, invitándolos a un viaje polifacético por el universo de sentimientos y metáforas visuales con miradas conmovedoras, divertidas y también críticas: In Her Boots, de Karin Steinbacher; Linz Delight, de Maya Yoneshô; y The Outlander, de Ani Anotonova. Proyecto fruto de la colaboración entre el Ministerio Federal de Asuntos Europeos e Internacionales de Austria y el Tricky Women/Tricky Realities Festival que se celebra desde 2001 alrededor de cada 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. 


Por último, para celebrar el Día de Europa y encontrarnos con el cine de forma presencial (si las condiciones sanitarias y si las disposiciones vigentes lo permiten), el Centro Cultural Kirchner recibirá una película del Encuentro de Cine Europeo que se proyectará de forma gratuita y abierta al público en la  Sala Argentina, siguiendo todos los protocolos de reserva previa y de seguridad que estén en vigor a la fecha de la proyección.

GODZILLA VS. KONG: ¿QUIÉN LA TIENE MÁS GRANDE?

$
0
0
Godzilla vs. Kong. Director: Adam Wingard. Protagonistas:Alexander Skarsgård, Millie Bobby Brown, Rebecca Hall, Brian Tyree Henry, Shun Oguri, Eiza González, Julian Dennison, Kyle Chandler, Demián Bichir y Kaylee Hottle, entre otros. Guionistas: Erik Pearson y Max Borenstein, sobre una historia original de Terry Rossio, Michael Dougherty y Zach Shields, basado en personajes y situaciones creados por Ishirô Honda, Edgar Wallace y Merian C. Cooper para las películas King Kong (1933), Godzilla (1954) y King Kong contra Godzilla (1962). Legendary Entertainment / Warner Bros. EE.UU. / Australia, 2021. Estreno en la Argentina: 25 de marzo de 2021.


Por primera vez, en muchísimo tiempo, sentí miedo (pero miedo de verdad) al ver una película. El inicio de Godzilla vs. Kong, con el mono tremendo rascándose el culo como si fuera Truman Burbank al levantarse de la cama, me hizo temblar. Pensé que todo podía llegar a ser peor que Godzilla, Kong y Godzilla 2 juntos. Y poco después, el mismo metraje me lo confirmó. Entiendo que Kong hablando por lenguaje de señas pueda llegar a ser un gran ejemplo de políticas inclusivas aplicadas al séptimo arte, pero puesto tal cómo está en el film, resulta completamente ridículo.


En el barrio, diríamos que Godzilla vs. Kong es una boludez atómica, si semejante calificativo estuviera aprobado por la crítica académica. Inconsistente, previsible, aburrida, insostenible. Carente de interés, incapaz de progresar dramáticamente hacia algo mínimamente coherente, creíble y querible. Si no estuviera hecha en serio, parecería una de esas sátiras estúpidas que, cada año, nos llegan desde Hollywood.


Arranca con dos líneas argumentales que, obviamente, van a colisionar más temprano que tarde. Una sigue a los personajes humanos; y resulta totalmente intragable. Pareciera estar rodada para los espectadores más chicos, aquellos que siguen a Millie Bobby Brown a donde vaya, como si eso fuera garantía de algo. En este caso, sólo es garantía de superficialidad, tiempos narrativos estériles y una búsqueda cómica que termina siendo patética.


Pero (siempre hay un pero), entre escena innecesaria y escena descartable pasa lo que todos queremos que pase. Las peleas entre los dos titanes, Godzilla y Kong, resueltas de manera exquisita y a todo trapo, bajo agua y en tierra, yendo al hueso a la hora de plantear el verdadero quid de la cuestión: Dos machos alfa monstruosos, pasados de rosca, al completo palo, intentando resolver a trompada limpia quién la tiene más grande. Y hay tiempo para las icónicas instantáneas de Godzilla pisoteando ciudades, de Kong rompiendo cadenas y trepado a lo alto de un rascacielos. Demasiada pelea para tan poca película. Y encima, se gastan la bala de plata de Mechagodzilla al divino botón.
Fernando Ariel García

Crisis: Verdad y consecuencias

$
0
0
Crisis on Infinite Earths Nº 1-12. Guionista: Marv Wolfman, con colaboraciones argumentales de Len Wein, Robert Greenberger y George Pérez. Dibujante: George Pérez. Entintadores: Dick Giordano, Mike DeCarlo, Jerry Ordway. Coloristas:Anthony Tollin, Tom Ziuko, Carl Gafford. Portadista:George Pérez. Editor: Marv Wolfman. DC Comics. EE.UU., abril de 1985 a marzo de 1986.


A 36 años de su publicación original como maxiserie de doce entregas, Crisis on Infinite Earths sigue siendo (al menos para mí) el ejemplo más logrado del hoy clásico formato de cruce anual en saga de proporciones cósmicas que pone en jaque la existencia del universo ficticio editorial, tal como viene siendo conocido hasta el momento. Es cierto que Crisistiene, a su favor, el ser uno de los títulos que inició el mencionado subgénero, junto con la Secret Warsde Marvel. Y eso le significó tener de su lado el necesario (y vital) componente de novedosa originalidad que el paso del tiempo licuó en las más de 30 crisis recurrentes que DC siguió ofreciéndonos, con precisión suiza, cada 365 días.

Aviso publicitario de marzo de 1985, con el largo título original de la saga: 
DC Universe: Crisis on Infinite Earths

La razón de su vigencia, aunque sus contenidos hayan quedado post-datados hasta el cansancio, es su calidad. Calidad entendida desde sus implicancias industriales, traducida en una afiatada combinación de decenas de revistas entrelazadas entre sí, capaces de articular lógicas internas individuales con la narrativa macro, distribuyendo lo esencial, lo imprescindible, lo anecdótico y lo innecesario, en un mosaico global que permite el abordaje de su lectura por el todo o sólo por las partes principales.

Juntos pero no revueltos

Pero calidad, antes que nada, entendida desde sus méritos artísticos. El guión de Marv Wolfman continúa siendo efectivo en su manejo de la épica intergaláctica y el drama intimista, el respeto a la tradición editorial y el ánimo rupturista que se necesita para sentar las bases de un futuro dinámico y diferente; y por eso mismo atractivo e interesante. El dibujo de George Pérez (con las tintas exquisitas de Dick Giordano y Jerry Ordway) supo captar (y sigue comunicando) los distintos lenguajes corporales de cientos de superhéroes, haciendo hincapié en aquello que los diferencia y los complementa. Algo que se nota (y se agradece) en las escenas de masas que desafían los ojos del lector sin complicarle el sentido de la narración.

Icónica imagen con la muerte de Supergirl

Para mí, la gran diferencia entre esta Crisis y las que les siguieron pasa por la sensación de verdad que Wolfman y Pérez supieron conseguir. Como nunca antes (como nunca después), la empatía con el destino de los personajes es total. Tal vez porque el placer lúdico de encontrarse con el Universo DC desplegado en su máximo esplendor, siempre estuvo equilibrado por las amenazas existenciales que plantea la aventura. Y, sobre todo, porque terminó siendo emocionalmente sacudido por las consecuencias que se animaron a plasmar en el papel.

El momento más impactante de Crisis: La muerte de Flash (Barry Allen)

Consecuencias no siempre deseadas ni aceptadas por los fanáticos. Y ahí radica otro de los valores intangibles que Crisis sacó a relucir: La discrepancia con el lector, la insatisfacción instalada como componente de una ficción viva, abierta a la prueba y el error. Al azuzar al lector, en lugar de complacerlo, Wolfman y Pérez implotaron la zona de confort y dinamitaron el estandarizado verosímil que DC había explotado comercialmente por 50 años. Instalando una posición que privilegiaba lo imprevisible por sobre lo previsible, le dieron la posibilidad cierta del encanto-desencanto ante el devenir de los acontecimientos.

Ilustración hecha a dúo por George Pérez y Alex Ross

Lamentablemente, también le dieron un formato comercialmente exitoso a la industria del cómic. Lo cual derivó en la instalación de una fórmula que terminó achatándolo todo, (des)naturalizando las excepcionalidades que Crisis presentó como instancias irrepetibles y (neo)fundacionales. Transmutando la idea de irreversible cambio definitivo en una propuesta de reversible cambio temporario, motivada por las necesidades editoriales pero incapaz de motivar el interés del lector. Por suerte, a nosotros siempre nos quedará esta Crisis en Tierras Infinitas.
Fernando Ariel García
Publicado originalmente en Comiqueando Digital Nº 1 (marzo de 2021)

AKIRA: NO FUTURE

$
0
0
Akira vol. 1-6. Autor: Katsuhiro Otomo. OVNI Press. Argentina, 2018-2020.


Cómo cambian las cosas los años. A principios de los ’90, cuando Akira empezó a circular por la Argentina, en papel y en VHS, uno tenía que explicar quién era Katsuhiro Otomo, desenrollar sus pergaminos creativos y evidenciar cuál era su rol en la expansión nipona que se venía sin prisa y sin pausa. Había que hablar sobre la premeditada occidentalización de los contenidos de la saga, desarrollada para capturar la imaginación (y el bolsillo) de los millones de universitarios adolescentes orientales que habían cambiado las milenarias costumbres anteriores a la explosión industrial japonesa para abrazar los comportamientos consumistas promovidos por el capitalismo de mercado.


Hoy las cosas se leen al revés. Y, con justa razón, Akira está considerada un exponente mayúsculo del arte popular japonés, fiel representante de la cultura oriental que ayudó a difundir e instalar en el mundo todo. Más allá del giro de las perspectivas, lo cierto es que a casi cuatro décadas del debut del manga en las páginas del semanario Young Magazine, Akira sigue siendo una obra moderna, potente, compleja y atrapante. Un tour de force imprescindible a la hora de enfrentar la narrativa post-apocalíptica contemporánea.


Haciéndose eco de la pesadilla nuclear instalada en el ADN japonés, Akiraarranca con el estallido de la Tercera Guerra Mundial, la destrucción atómica de Tokio y la complicadísima reconstrucción social, económica y política que le sucede. Capitalizando la real paranoia apocalíptica que campeaba por el mundo bipolar de ese entonces, donde la caída del Muro de Berlín y el bloque socialista parecía un escenario de la ciencia-ficción más pedorra, Otomo sitúa la acción en un futuro tan mediato como reconocible: Un lapso de treinta años que le permite conjugar las primeras páginas de los diarios con las premoniciones más catastróficas y desahuciantes.


Del cataclismo cósmico a las cuestiones domésticas, pasando por las eternas dudas existenciales que acompañan a la raza humana desde el inicio de los tiempos, Akiracombina una trama ultraviolenta con el desencanto del technothriller y cierta filosofía cyberpunk. Va por los experimentos psíquicos y extrasensoriales ultrasecretos del Gobierno y, en el camino, expone con crudeza las llagas abiertas del abandono social, el desempleo y el terrorismo. Y pone, en el ojo de la tormenta, a dos adolescentes amigos (Kaneda y Tetsuo) que condensan el pathos de una camada de jóvenes sin otro futuro que el de la delincuencia pandillera y el consumo de drogas.


Con el correr de los años y la subsiguiente canonización de algunos de los tópicos principales de Akira, el discurso fantacientífico del manga puede haber visto mermada su capacidad de generar sorpresa y asombro, pero el costado humano que Otomo encarnó en Kaneda y Tetsuo no ha perdido un ápice del interés y la profundidad que supo construir a lo largo de los seis tomos. Sobre todo a la hora de contar el distanciamiento gradual de esos dos amigos (aparentemente) inseparables. Producto de las experiencias personales de cada uno de ellos, sí, pero influida por las tensiones generadas por el marco político que los contiene y el entorno ambiental que termina de conformarlos. Cuarenta años después de su primera exposición, ese inteligente intercambio entre el No Future generacional y el No Future histórico, sigue interpelando con las mismas preguntas sin respuestas. Y eso se agradece.
Fernando Ariel García
Publicado originalmente en Comiqueando Digital Nº 1 (marzo de 2021)
 

LOS INÚTILES: CRÓNICA DE UNA GENERACIÓN SIN NADA QUE PERDER

$
0
0
Los inútiles (remasterizada en 4K). Director: Federico Fellini. Protagonistas: Franco Interlenghi, Alberto Sordi, Franco Fabrizi, Leopoldo Trieste, Riccardo Fellini, Leonora Ruffo, Jean Brochard, Claude Farell, Carlo Romano, Lída Baarová, Enrico Viarisio y Paola Borboni, entre otros. Guionistas:Federico Fellini y Tullio Pinelli, sobre una historia original de Federico Fellini, Ennio Flaiano y Tullio Pinelli. Música: Nino Rota. Peg Films / Cité Films. Italia / Francia, 1953. Estreno en la Argentina (versión remasterizada):17 de junio de 2021 (interior del país), 18 de junio de 2021 (Ciudad Autónoma de Buenos Aires).


Tercera película de Federico Fellini, Los inútiles (I vitelloni) sigue tan perfecta, actual y contundente como cuando se estrenó en 1953, consagrando a uno de sus protagonistas (Alberto Sordi) y colocando al genio de Rímini en el sitial de privilegio que revalidaría definitivamente con su próximo trabajo, La strada. Claro que, verla remasterizada en 4K, como si se hubiera terminado de filmar hace quince minutos, aumenta considerablemente el placer de la experiencia cinematográfica, un plus del que ya habíamos disfrutado con La dolce vita.


Como toda su obra, Los inútiles trabaja las obsesiones clásicas del director (la libertad de un mundo festivo como contracara de una realidad chata y asfixiante, el peso de los mandatos culturales sobre las inseguridades personales, los excesos reconvertidos en lugar de refugio), hilvanando un tenso diálogo entre el pasado histórico y su biografía personal. A nivel lenguaje, también dice presente el onirismo mágico que definirá su estilo, pero lo hace encorsetado en la narrativa tradicional del mejor neorrealismo italiano, aquel que se encargó de dinamitar el discurso fascista con la puesta en valor poético de las auténticas condiciones sociales: pobreza, hambruna, explotación y resistencia a los poderes establecidos.


En este marco ético y estético, Los inútiles sigue los pasos de cinco hombres jóvenes de veintitantos años: El frustrado Moraldo (Franco Interlenghi), el vulnerable Alberto (Alberto Sordi), el mujeriego Fausto (Franco Fabrizi), el inocente Riccardo (Riccardo Fellini, hermano del director) y el mediocre escritor Leopoldo (Leopoldo Trieste). Todos bastante inmaduros, algo vagos y parasitarios de sus familias de origen. Con poco apego al trabajo, pasan su tiempo gastándose bromas infantiles entre cafés y bares, entre partidas de pool y silenciosas caminatas por la playa. Una forma de tapar sus ganas de vivir la vida loca en esa Rímini detenida en el tiempo, que los invita a soñar alto para después bajarlos de un hondazo cruel e inmisericorde. Y devorarlos de cara al mar.


De acuerdo con el propio Fellini, el significado real de la palabra vitelloniera imposible de traducir correctamente a otro idioma. Sí refiere a la condición de persona ineficaz, inoperante o inservible que aglutina el título en castellano de Los inútiles, pero está muy lejos de quedarse sólo en esa definición. Los vitelloni eran los jóvenes fracturados económica y emocionalmente por la posguerra. Estudiantes de familias modestas, con las posibilidades acotadas de antemano por la coyuntura que les había tocado en suerte (o desgracia). Desempleados sin ninguna posibilidad de futuro en los pueblos grises del interior, condenados a repetir la anodina existencia de sus ancestros antes de convertirse en eficaces verdugos de los anhelos de su descendencia.


A casi setenta años de su estreno, Los inútiles sigue siendo un fiel retrato de cualquier juventud ahogada por su entorno histórico, político y social. Obligada a elegir entre una vida marcada por la insatisfacción garantizada o la incerteza del exilio, entre la reproducción mecánica de la tristeza y el vértigo de animarse a perseguir sus deseos. La crónica angelada de una generación sin nada que perder, porque ya lo había perdido todo.
Fernando Ariel García

BATMAN – THE LONG HALLOWEEN: EL SUEÑO ETERNO

$
0
0
Batman: The Long Halloween part 1. Director: Chris Palmer. Voces: Jensen Ackles (Batman / Bruce Wayne), Josh Duhamel (Harvey Dent), Naya Rivera (Catwoman / Selina Kyle), Troy Baker (Joker), Billy Burke (comisionado Gordon), David Dastmalchian (Calendar Man), Alastair Duncan (Alfred Pennyworth), Amy Landecker (Barbara Gordon), Julie Nathanson (Gilda Dent), Jim Pirri (Sal Maroni), Jack Quaid (Alberto Falcone), Fred Tatasciore (Solomon Grundy) y Titus Welliver (Carmine Falcone), entre otros. Guionista: Tim Sheridan, basado en el cómic homónimo de Jeph Loeb y Tim Sale (1996-1997), con personajes creados por Bob Kane y Bill Finger. Warner Bros. Animation / DC Entertainment. EE.UU., 22 de junio de 2021.


No digo nada nuevo si digo que Batman: The Long Halloween es una de las mejores historietas contemporáneas del Hombre Murciélago. La obra de Jeph Loeb y Tim Sale se hace fuerte en el manejo equilibrado y orgánico de dos de las facetas principales del caballero nocturno: El superhéroe y el detective, ambos en estado embrionario, ya que la saga se desarrolla en el año inicial de Bruce Wayne como Batman. Además, el tono noir elegido para contar los hechos le calza como anillo al dedo, permitiéndole perfilar un policial que explota los imaginarios del cine gangsteril clásico (Bogart, Cagney) bajo el prisma reconstitutivo de un Scorsese.


No digo nada nuevo si digo que las últimas películas animadas de DC para el mercado de la venta directa son, en su gran mayoría, una decepción. En el caso de las adaptaciones puntuales de cómics específicos, se me sigue haciendo inentendible la decisión de renunciar a las señas gráficas identitarias de cada aventura particular (en este caso, el trazo estilizado y fantasmagórico de Tim Sale), rebajándolo todo a un diseño bastante chato, reiterativo y uniforme, muy poco representativo de la atmósfera que construye el relato original.


No digo nada nuevo si digo que aquello que funciona en la página impresa no funciona de la misma manera en el espectro audiovisual. No pasa tanto por el orden en que se bajan las cartas, ya que por cuestiones de tiempo o por conveniencia narrativa, a veces es válido alterar y/o eliminar el orden en que se muestran las partidas. Lo que no funciona (al menos, no funciona para mí) es querer jugar al truco con cartas de póker. Y si esta versión animada de Batman: The Long Halloween (parte 1) elige parecerse más a Tarantino que a Scorsese, no está mal. Lo que está mal es pretender que Tarantino filme como Scorsese y no como Tarantino.


No digo nada nuevo si digo que lo mejor que tienen para ofrecer las últimas películas animadas de DC para el mercado de la venta directa es, en su gran mayoría, los extras que acompañan a los dvd’s, blu-ray’s o descargas directas. En este caso, dos episodios festivos de Batman: La serie animada, con casi 30 años en las espaldas y mucho más frescos, modernos, logrados e interesantes que el plato principal. Y un nuevo corto de la serie DC Showcase, dedicado al equipo original de The Losers, setentera combinación de comando bélico y dinosuarios vivos que, además, hace gala de una bienvenida dosis de incorrección política. Después de dormir la siesta con Batman, un poco de movimiento no le hace mal a nadie.
Fernando Ariel García

VAMPUS HORROR TALES: CUENTOS DE AMOR, DE LOCURA Y DE MUERTE

$
0
0
Vampus Horror Tales. Directores: Víctor Matellano, Manuel Martínez Velasco, Isaac Berrocal, Piter Moreira, Erika Elizalde. Protagonistas: Saturnino García (Vampus), Nacho Guerreros, Elena Furiase, Félix Gómez, Montse Plá, Diego Arjona, Erika Sanz, Dunia Rodríguez, Daniela Dardanelli, Federico Repetto, Alberto Rivas, José Lifante y África Gozalbes, entre otros. Participación especial de Paul Naschy (voz). Guionistas:Victoria Vázquez, Diego Arjona y Víctor Matellano; Yolanda García Serrano; Ignacio López Vacas; Isaac Berrocal; Piter Moreira. Idea original: Víctor Matellano. Ilustradores: Claudio Sánchez (insertos en el metraje), David Benzal (afiche). Argot Films / Vima Producciones / Raccord Films / Wild Duck Productions / Red Rum / Infilmity Video Productions. España, 2020.


Los primeros veinte segundos de metraje lo dejan más que claro. De haber sido una película estadounidense, se llamaría Creepy Horror Tales. Si fuera argentina, por otra parte, sería Dr. Tetrik Horror Tales. Pero está hecha en España (aunque una parte se haya rodado en Montevideo, Uruguay) y por eso lleva por título Vampus Horror Tales. Vampus, en homenaje a la revista Vampus, cabecera bajo la cual Ibero Mundial de Ediciones divulgó entre los lectores hispanos, a partir de 1971, los clásicos cómics de terror de la Creepyde Warren.


La antología fílmica ideada por Víctor Matellano, rodada en glorioso blanco y negro por un combo de directores jóvenes que desconocían qué estaban haciendo los otros, viene hilvanada por la figura de un anfitrión sardónico y tenebroso: el Vampus del título. Un querible sepulturero con costumbres non-sanctas, que responde al nombre de Sr. Fettes pero insiste en ser llamado Vampus. Una criatura irónica y despiadada que el notable Saturnino García (Acción mutante, El día de la Bestia, Tiempo después) viste con el garbo justo que le impone su trabajo (enterrar de día y desenterrar de noche) y el ejercicio de sus tres hobbies predilectos: Leer cómics de terror, matar gente y contarnos historias.

Vampus, el sepulturero anfitrión interpretado por Saturnino García

Los cuatro relatos que van a desplegarse frente a nuestros ojos comparten una pulsión tanática en común: El horror después del amor. Todas las historias están marcadas por el dolor enfermizo del rechazo, expresado en insanos impulsos cuasi necrófilos. Como un carrusel de relaciones tóxicas, de distintas naturalezas y en diferentes lugares, pero con el mismo final. En el mientrastanto, una dosis de misterio, un toque de gore algo naif, bastante humor negro y mucha más atmósfera que sustancia.


La película apuesta fuerte al impacto del final sorpresa y (dentro de lo posible) shockeante. No siempre lo logra, es cierto, porque algunas cosas se ven venir galopando y otras aparecen resueltas de manera algo forzada y de apuro. Se la nota preocupada por aggiornar los contenidos, para que reflejen los tiempos actuales (amores inclusivos, homosexuales y hasta una ambientación en tiempos de pandemia), pero nada llega al nivel sobresaliente de la puesta estética retrosesentista, capaz de recuperar el pulso narrativo de las Historias para no dormir de Chicho Ibáñez Serrador y el imaginario gótico europeo de Paul Naschy (1934-2009), cuya voz puede oírse en uno de los segmentos.


El mayor mérito de Vampus Horror Tales es también su fatídico talón de Aquiles. Sólo funciona (y muy bien) si uno comparte los códigos de referencia que la película pone en valor. Si no es así, más vale no acercarse.
Fernando Ariel García

WANDAVISION: LA METAFICCIÓN AL PODER

$
0
0
WandaVision. Director: Matt Shakman. Protagonistas: Elizabeth Olsen (Wanda Maximoff / Bruja Escarlata), Paul Bettany (Vision), Kathryn Hahn (Agnes / Agatha Harkness), Teyonah Parris (Monica Rambeau), Randall Park (Jimmy Woo), Kat Dennings (Darcy Lewis), Evan Peters (Pietro Maximoff / Quicksilver), Julian Hilliard (Billy Maximoff) y Jett Klyne (Tommy Maximoff) y Josh Stamberg (Tyler Hayward), entre otros. Guionistas:Jac Schaeffer, Gretchen Enders, Megan McDonnell, Bobak Esfarjani, Peter Cameron, Mackenzie Dohr, Chuck Hayward, Cameron Squires, Laura Donney y Jac Schaeffer, basados en personajes y situaciones creadas y desarrolladas por Stan Lee, Jack Kirby, Roy Thomas, John Buscema y John Byrne, entre otros, para los cómics de Marvel. Desarrollador televisivo: Jac Schaeffer. Productor ejecutivo: Kevin Feige. Marvel Studios. EE.UU., 2021. Estreno en la Argentina: Disponible en Disney+ desde el 15 de enero de 2021.


Efecto no buscado de la pandemia. WandaVision estaba pensada para funcionar como tercer eslabón de la Fase 4 del Universo Cinematográfico Marvel (UCM), después del largometraje de Black Widow y la serie Falcon and the Winter Soldier. Pero el COVID-19 quiso otra cosa y a los Brangelina marvelitas les tocó abrir el juego. Por suerte, digo yo, porque estos nueve episodios son de lo mejor que el UCM ha logrado presentar en sus más de diez años de existencia.


De entrada, sabemos que hay algo que está mal. Muy mal. Vision murió en Avengers:Infinity War y, sin que nadie haya establecido lo opuesto, continúa finado. Aunque ande a sus anchas por la ciudad de Westview, viviendo una vida idílica al lado de su querida esposa, yendo todos los días a su rutinario trabajo y, de golpe y porrazo, graduándose de padre de dos mellizos con muchos poderes y crecimiento acelerado. Hay gato (negro) encerrado, obvio. Pero lo bueno es que (hasta el final) no sabremos quién es el encargado de mover estos siniestros hilos. ¿La propia Wanda, que hace lo que puede para tramitar su duelo? ¿Agnes, la vecinita de enfrente que, de tan buena, no puede ser otra cosa que una bruja malvada? ¿El turro a cargo de S.W.O.R.D., esa agencia no gubernamental con agendas secretas e inconfesables? ¿Todos? ¿Ninguno?


El camino a la verdad estará jalonado de trampas, de preguntas inquietantes y respuestas emocionalmente demoledoras, con disquisiciones filosóficas que debaten las naturalezas de la vida real y la vida artificial. En el mientrastanto, se bajan algunas de las cartas que Marvel aprendió a repartir con el máximo impacto. El recupero de dos queribles secundones, Jimmy Woo y Darcy Lewis (vistos por última vez en Ant-Man and the Wasp y Thor: Un mundo oscuro), reformateados a la usanza del combo detectivesco a cargo de los X-Files, que se van pidiendo a gritos su propio programa. El empoderamiento de las figuras femeninas, en especial la de Wanda y la de Monica Rambeau (la niñita de Capitana Marvel, aquí una mujer hecha y derecha), que dejan entrever los rumbos a tomar en el futuro por las películas Doctor Strange and the Multiverse of Madness y The Marvels, así como la serie Secret Invasion, todo a estrenarse en algún momento del año que viene.


Y ahora vayamos a lo más poderoso, lo más interesante, lo más logrado. Lo que de verdad marca diferencia. Ya lo habían hecho antes, es cierto, pero nunca como acá. Nunca tan bien. Nunca tan fundacional, orgánico y funcional. Nunca tan identitario. WandaVision es la metaficción elevada a la categoría de arte. Y si te gusta la metaficción tanto como a mí, esta serie es lo más parecido al paraíso que el UCM tiene para ofrecer. Por dos razones principales: El poder para generar expectativas cada vez más grandes, resolviéndolas sin darte el gusto pero sin dejarte sabor amargo en la boca. Y la capacidad de explotar la nostalgia en el punto justo que requiere la empatía para potenciar sus efectos.


De entrada nomás, el combo homenaje y referencial a la historia de la sitcomestadounidense. Justificando las formas desde los contenidos, del blanco y negro al color, haciendo avanzar la narración mientras analiza los cambios que el tiempo ha ido sedimentando sobre el tradicional formato. Yendo de los ’50 a los 2000, sin repetir y sin soplar: Yo quiero a Lucy (capítulo grabado en vivo, con público en el estudio), El show de Dick Van Dyke, Hechizada (utilizando parte de su decorado original), The Brady Bunch, Full House (donde saltaron a la fama Mary-Kate y Ashley Olsen, hermanas de Elizabeth WandaOlsen), Modern Family. Un festín para los sentidos. Y el golpe de gracia, la cereza del postre, la jugada de jaque mate que nadie esperaba. El diálogo, dentro y fuera del streaming, entre el UCM y el universo mutante de Fox. Un puente construido sobre el cuerpo de Evan Peters, el Pietro Maximoff / Quicksilver de las últimas tres entregas de la saga de los X-Men de Fox (Días del futuro pasado, Apocalipsis y Dark Phoenix), ocupando el lugar que, por lógica, le hubiera tocado a Aaron Taylor-Johnson, el Quicksilver del UCM.


Sin dudas, WandaVision es el proyecto más arriesgado, innovador y complejo de un mosaico que tiende a aferrarse a sus zonas de confort, yendo a lo seguro y apostando a mejorar aquello que, sabe, le queda bien. Incluso, muy bien. Pero por este camino, al menos para mí, le sale mejor.
Fernando Ariel García

FALCON Y EL SOLDADO DEL INVIERNO: LEGADO Y EMPODERAMIENTO

$
0
0
Falcon y el Soldado del Invierno. Directora: Kari Skogland. Protagonistas: Anthony Mackie (Sam Wilson / Falcon), Sebastian Stan (Bucky Barnes / Soldado del Invierno), Emily VanCamp (Sharon Carter), Wyatt Russell (John Walker / Capitán América), Erin Kellyman (Karli Morgenthau), Daniel Brühl (Barón Helmut Zemo), Danny Ramírez (Joaquín Torres), Georges St-Pierre (Batroc), Adepero Oduye (Sarah Wilson), Clé Bennett (Lemar Hoskins / Battlestar) y Carl Lumbly (Isaiah Bradley), entre otros. Participación especial de Don Cheadle (James Rhodes / War Machine), Florence Kasumba (Ayo) y Julia Louis-Dreyfus (Valentina Allegra de Fontaine). Guionistas: Malcolm Spellman, Michael Kastelein, Derek Kolstad, Dalan Musson y Josef Sawyer, basados en personajes y situaciones creadas y desarrolladas por Joe Simon, Jack Kirby, Stan Lee, Gene Colan, Ed Brubaker, Steve Epting, Mark Gruenwald, Paul Neary, Robert Morales y Kyle Baker, entre otros, para los cómics de Marvel. Desarrollador televisivo: Malcolm Spellman. Productor ejecutivo:Kevin Feige. Marvel Studios. EE.UU., 2021. Estreno en la Argentina: Disponible en Disney+ desde el 19 de marzo de 2021.


Debería haber sido lo más normal, pero el entorno pandémico lo reconvirtió en un hecho azaroso. La serie Falcon y el Soldado del Invierno (The Falcon and the Winter Soldier) estuvo pensada como segundo eslabón de la Fase 4 del Universo Cinematográfico Marvel (UCM); y pudo verse en segundo término. Sólo que, en los planes originales, tenía que emitirse después de la película de Black Widow y antes de la serie WandaVision; y no al revés. Más allá de este detalle, los seis episodios de la serie sirven para confirmar algunos de los vectores que parecen marcar la cancha de esta nueva etapa del UCM.


Para empezar, el simbólico pase generacional entre los héroes de la vieja camada y la nueva, el eterno tema del legado emparentado con la inclusión empoderada de las minorías. No se trata aquí sólo de reemplazar a la persona debajo del traje (o de cambiar a un actor por otro), sino de reperfilar los valores históricos que estos paladines representan, aggiornándolos a las demandas coyunturales de esta época, marcada sobremanera por la corrección política. Y entonces sí, cambiarlos por otro actor que encaje en el modelo que la sociedad demanda. Y, en el camino, empezar a desagregar la idea de equivalente oscuro del superhéroe, con capacidades para funcionar como archivillano, paladín renegado o alma descarriada capaz de cometer las peores acciones con las mejores intenciones. Si es que algo así es posible. Un futuro que tiene pinta de Dark Avengers, pero habrá que ver que sigue pasando.


Retomando la hibridación entre el thriller político y la epopeya superheroica que dio sus frutos en Capitán América y el Soldado del Invierno, la serie debate quién debe ser el próximo Capitán América, visto que Steve Rogers pasó a retiro tras los eventos de Avengers: Endgame. Y lo hace lanzando la pregunta más álgida para los EE.UU. del UCM y los EE.UU. post-Trump: ¿Puede haber un Capitán América negro? ¿Es hora de que el uniforme de barras y estrellas sea portado por un afroamericano? Si bien al final sólo quedará uno, desde el principio son tres los personajes que se rifarán la posesión del icónico escudo. Y autoexcluido Bucky Barnes (Soldado del Invierno), la pelea de fondo será entre el afroamericano Sam Wilson (Falcon) y el recién llegado John Walker, héroe de guerra rubio y grandote, con una preocupante tendencia a las reacciones hiperviolentas. El elegido por el Gobierno para ser el próximo Capi.


Y aunque el racismo es el tópico social más importante que aborda Falcon y el Soldado del Invierno, no es el único. También están la violencia política derivada de la exacerbación de la grieta y aprovechada por grupos supremacistas, el destino de los desplazados-refugiados, la amenaza terrorista y las políticas públicas de apoyo a las poblaciones vulnerables y/o en riesgo. De todas formas, lo más interesante es la resignificación que los hechos fuera de la pantalla imprimieron sobre estos contenidos acordados y generados mucho antes de salir a la luz. En particular, el masivo impacto del movimiento Black Lives Matter, el asalto al Capitolio de enero de este año y la crisis económica desatada por la irrupción del COVID-19.


Es una pena (para mí, al menos) que, después de tomarse el trabajo de elaborar estas álgidas cuestiones urgentes, trabajándolas narrativamente para dotarlas de peso específico en la trama, Falcon y el Soldado del Invierno decida resolverlas con herramientas brutalmente simplistas, reduccionistas y discursivas, apuradas en el último tramo del último episodio. Como si necesitara reafirmar su compromiso con la corrección política, por miedo al ejército global de espectadores siempre dispuestos a desenfundar su dedo índice.
Fernando Ariel García

BLACK WIDOW: SORORIDAD SUPERHEROICA EN TIEMPOS DEL #METOO

$
0
0
Black Widow. Directora: Cate Shortland. Protagonistas:Scarlett Johansson (Natasha Romanoff / Black Widow), Florence Pugh (Yelena Belova / Black Widow), David Harbour (Alexei Shostakov / Red Guardian), Rachel Weisz (Melina Vostokoff / Black Widow), O-T Fagbenle (Rick Mason), William Hurt (Thaddeus Ross), Ray Winstone (Dreykov) y Olga Kurylenko (Antonia Dreykov), entre otros. Participación especial de Julia Louis-Dreyfus (Valentina Allegra de Fontaine). Guionista: Eric Pearson, sobre una historia original de Jac Schaeffer y Ned Benson. Basado en personajes y situaciones creadas y desarrolladas por Stan Lee, Don Rico, Don Heck, John Romita, Roy Thomas, John Buscema, Devin Grayson, J.G. Jones, Ralph Macchio, George Pérez, David Michelinie, Jack Kirby, Jim Steranko, James Hudnall y John Ridgway, entre otros, para los cómics de Marvel. Productores ejecutivos: Scarlett Johansson, Kevin Feige. Marvel Studios. EE.UU., 2021. Estreno en la Argentina: 9 de julio de 2021, en salas cinematográficas y Disney+ (Premier Access).


Un año y pico después de la que debería haber sido su fecha de estreno original, Black Widow llega a los cines y a las pantallas hogareñas que hayan pagado el importe extra del Premier Access en Disney+. COVID mediante, el canto del cisne de Scarlett Johansson como la letal espía del Universo Cinematográfico Marvel (UCM), puede verse y disfrutarse sin que el periodo de suspensión animada haya empeorado o mejorado alguna de sus cualidades cinematográficas.


Fiel a la básica naturaleza anticomunista del personaje creado en 1964, la película de Cate Shortland arranca en las postrimerías del régimen soviético, dejando en claro que los rusos buenos son los que traicionarán a su causa; y los rusos malos son mucho más malos por su amistad con Cuba. Montando un artefacto narrativo que empieza como intrigante thriller político, se establece como humorístico melodrama familiar y termina como desaforada aventura superheroica, Black Widow pierde complejidad, interés y nervio dramático, a medida que avanza en su derrotero. La gama de grises deja paso a un claroscuro infantiloide, disparando una escalada visual que resquebraja el pacto de credibilidad que también necesita un film de esta naturaleza. Digamos que aquello que empieza referenciando al mejor James Bond (y, por qué no, a su émulo Jason Bourne), termina copiando al peor Dominic Toretto.


A pesar de estar ambientada en el pasado (entre Capitán América: Civil War y Avengers: Infinity War, mayoritariamente), Black Widow fue pensada y ejecutada como puntapié inicial de la Fase 4 del UCM, a ser continuada por las series Falcon y el Soldado del Invierno y WandaVision; y no al revés. Sacando la gran sorpresa que arruinó el nuevo orden de exhibición impuesto por la pandemia, todo sale bien parado. Principalmente, porque la influencia a futuro de la película no se encuentra en las cuestiones argumentales, sino en la definición de temáticas a ser abordadas por el UCM en esta etapa.


El recambio generacional aparece como algo obvio, teniendo en cuenta el salto de fe que Black Widow pegará en Avengers: Endgame. Otra Viuda cantará en la serie de Hawkeye, por lo que se promete; y Florence Pugh demuestra estar a punto caramelo para aceptar este desafío. El concepto del doppelgänger superheroico también dice presente, en parte como paso de comedia y en parte como promesa del futuro armado de los Dark Avengers. Y la inclusión de cuestionamientos socio-políticos viene galvanizada a la idea del legado revisionista y el empoderamiento femenino, que aquí aparece claramente expuesto como salida ante la creciente problemática de la violencia de género.


De hecho, nunca antes un film Marvel se había metido tan en serio (y tan a fondo) con este tema. Formando parte del discurso y de la trama, Black Widow expone las secuelas físicas y psíquicas que cargan las víctimas, mientras critica abiertamente la hipersexualización que las películas anteriores del UCM hicieron del personaje y de la propia Johansson, haciendo del villano real un retrato simbólico de todos los Harvey Weinstein que andan dando vueltas por el mundo. Lo más impactante de todo, sin embargo, es la puesta en valor del concepto de sororidad que hace rodar en una estructura tan machista e individualista como puede llegar a ser la del género superheroico. Sólo por eso, me parece, valió la pena esperar un año y pico para poder ver esta aventura. La excusa argumental, más o menos lograda, queda en segundo plano.
Fernando Ariel García

DEL 14 AL 21 DE JULIO, "ENTRE-NOUS", FESTIVAL DE CINE FRANCÉS ONLINE Y GRATUITO

$
0
0
(Información de prensa) Grandes estrenos. Directores consagrados. Lo mejor del cine francés está en Entre-Nous, festival online y gratuito que, del 14 al 21 de julio, podrá seguirse en la Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay.


"El cine hecho en Francia abarca un amplio panorama de sensibilidades -sostiene Rémi Guittet, agregado audiovisual de la Embajada de Francia en la Argentina). Dentro de este cine, dialogan tradiciones distintas, orígenes múltiples y miradas a veces conflictivas. Todos tienen su lugar dentro del cine francés. Les proponemos un viaje a través del país del cine".


Para Guittet, "el cine francés es una comunidad diversa que se une en el deseo de que Francia, el país que vio nacer el cine, siga siendo una promesa para los creadores. Siendo un arte y una industria al mismo tiempo, el cine se beneficia de una política pública fuerte en pos de la diversidad y de la independencia de los autores. El apoyo está sistematizado tanto para los productores, distribuidores y exhibidores -quienes construyen y sostienen una industria desde la apuesta sobre un guion hasta llegar al público-, como para los directores que disponen de respaldo para desempeñar su trabajo, desde la escritura a la puesta en producción".

Programación


Dios mío que hemos hecho ahora (Qu'est-ce qu'on a encore fait au bon Dieu?2014), de Philippe de Chauveron: Tras ver a sus hijas casarse con un musulmán, un judío, un chino y un africano, Claude y Marie Verneuil se enfrentan a una nueva crisis. Sus cuatro yernos, Rachid, David, Chao y Charles, están decididos a abandonar Francia con sus esposas e hijos para probar fortuna en el extranjero. 


Incapaces de imaginar a su familia lejos de ellos, Claude y Marie están dispuestos a todo para retenerlos. Con Christian Clavier, Chantal Lauby, Émile Caen, Frédéric Chau, Frédérique Bel, Medi Sadoum, Julia Piaton, Ary Abittan y Élodie Fontan.


Los miserables (Les Misérables, 2019), de Ladj Ly: El policía Stéphane Ruiz acaba de unirse a la BAC, la Brigada de Lucha contra la Delincuencia de Montfermeil, un suburbio al este de París. 


Allí conoce a sus nuevos compañeros, Chris y Gwada, dos agentes experimentados en las enormes tensiones que existen entre los distintos grupos organizados que operan por el control del problemático barrio. Con Damien Bonnard, Alexis Manenti, Djibril Zonga, Issa Perica, Al-Hassan Ly, Steve Tientcheu, Almamy Kanoute, Jeanne Balibar, Raymond Lopez y Omar Soumare.


Los consejos de Alice (Alice et le Maire, 2019), de Nicolas Pariser: El alcalde de la ciudad francesa de Lyon, Paul Théraneau, se encuentra en una posición delicada. Tras pasar 30 años en política se empieza a quedar sin ideas y siente que sufre una especie de vacío existencial. Para superar esta adversidad, Paul decide contratar a una brillante filósofa, la joven Alice Heinmann. 


Entre ambos se desarrolla un diálogo en el que sus respectivas personalidades cambian drásticamente su forma de ver y entender el mundo. Con Fabrice Luchini, Anaïs Demoustier, Nora Hamzawi y Léonie Simaga.


Trois jours et une vie (2019), de Nicolas Boukhrief: Navidad de 1999 en un tranquilo pueblo en la región de las Ardenas. La vida de un chico llamado Antoine se verá pronto devastada por tres trágicos eventos: la muerte de un perro, la desaparición de un niño y una fuerte tormenta. 



Con Sandrine Bonnaire, Charles Berling, Jérémie Senez, Pablo Pauly y Philippe Torreton.


A puertas cerradas (Adults in the Room, Francia / Grecia, 2019), de Costa-Gavras: Grecia. 2015. El mal estado de la economía llevó a una gran crisis en la nación, provocando que un nuevo gobierno se alzara con la intención de rebelarse ante las políticas establecidas por la Unión Europea y los banqueros que manejan no sólo el capital de esta unión sino del mundo. 


Adaptación del libro escrito por el ex-Ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis durante la crisis griega de 2015. Con Christos Loulis, Ulrich Tukur, Valeria Golino y Alexandros Bourdoumis.


Los años más bellos (Les plus belles années d'une vie, 2019), de Claude Lelouch: Un hombre y una mujer, hace años, vivieron una historia de amor fulgurante, inesperada, atrapada en un paréntesis convertido en un mito. 


En la actualidad, él, antiguo piloto de carreras, se pierde un poco por los caminos de su memoria. Su hijo entonces intenta ayudarle a encontrar a la mujer que su padre no supo guardar junto a él, pero a quien rememora continuamente. Secuela de Un hombre y una mujer (1966) y Un hombre y una mujer: 20 años después (1986). Con anouk Aimée, Jean-Louis Trintignant y Souad Amidou.


Las cosas que decimos, las cosas que hacemos (Les choses qu'on dit, les choses qu'on fait, 2020), de Emmanuel Mouret: Vacaciones en la campiña francesa. Daphné, embarazada de tres meses, se encuentra sola para recibir a Maxime, el primo de su novio François, quien ha tenido que irse a París para cubrir a un compañero enfermo. 


Durante cuatro días, mientras esperan el regreso de François, Daphne y Maxime se conocen y comparten historias muy íntimas que los acercarán. Con Camélia Jordana, Niels Schneider, Vincent Macaigne y Émilie Dequenne.


Sinónimos: un israelí en París (Synonimes, Francia / Israel / Alemania, 2019), de Nadav Lapid: Yoav llega a París desde su Israel natal para empezar una nueva vida. Lleno de ilusiones, y creyendo que esa será su salvación, hace todo lo que está a su alcance para intentar convertirse en francés. 


Pero las cosas no resultan como esperaba y tendrá que enfrentarse a tragicómicas dificultades, empezando por el idioma que hará que un diccionario se transforme en su más fiel compañía. Con Tom Mercier, Quentin Dolmaire, Louise Chevillotte, John Sehil, Gaël Raes, Chris Zastera y Jonathan Boudina.


Tres recuerdos de mi juventud (Trois souvenirs de ma jeunesse, 2015), de Arnaud Desplechin: Paul Dédalus es un profesor de antropología acusado de espionaje que reside en Tayikistán. Mientras se prepara para abandonar ese país, comienza a recordar algunos episodios de su vida. Su infancia en Roubaix, los ataques de locura de su madre y el vínculo que lo unía a su hermano Iván. También recordará sus 16 años, a su padre, viudo inconsolable y el viaje a la URSS donde ofrecería su propia identidad a un joven ruso.
 

Se acordará además de sus 19 años, su hermana Délphine, su primo Bob, sus escapadas con Penélope, Medhi y Kovalki, el amigo al que tuvo que traicionar. Sus estudios en París, el encuentro con el doctor Béhanzin, su vocación por la antropología. Y, sobre todo, Paul recordará a Esther. El corazón de su vida. Con Mathieu Amalric, Lou Roy-Lecollinet, Quentin Dolmaire, Léonard Matton y Dinara Drukarova.


El Atelier (L'Atelier, 2017), de Laurent Cantet: La Ciotat, sur de Francia. Antoine se ha integrado a un grupo de jóvenes que como parte de un programa de inserción social, ha sido seleccionado para participar de un taller literario. Allí deben escribir una novela con la guía de Olivia, una famosa escritora que dirige el atelier. 


El proceso creativo hace hincapié en el pasado industrial del pueblo, un tipo de nostalgia que no le interesa a Antoine. Volcado en preocupaciones más actuales, se opone a Olivia y al grupo con una violencia que alarma y al mismo tiempo seduce a la novelista. Con Marina Fois y Matthieu Lucci.


Varda por Agnès (Varda par Agnès2017), de Agnès Varda: Una película documental irrepetible e imprevisible de una narradora también única. Se trata del último largometraje de Agnès Varda, que echa una mirada sobre su propia experiencia tras años como directora. Una auténtica clase magistral de cine, o de “escritura de cine”, con su particular visión personal llena de entusiasmo y mucha sapiencia. Un repaso sin precedentes por su legado cinematográfico histórico. 


La “abuela de la Nouvelle vague” nos conduce por un relato que recopila lo que eran sus inspiraciones, su forma de trabajar y su fuerte compromiso con el público. La cineasta francesa falleció en marzo de 2019, por lo que este film servirá como una carta de presentación para las nuevas generaciones, pero a la vez, como una más dulce que agria despedida para los que la siguieron durante toda su trayectoria. La manera perfecta de irse y de dejar unas últimas palabras.


120 pulsaciones por minuto (120 battements par minute, 2017), de Robin Campillo: París, principios de los años 90. Un grupo de jóvenes activistas intenta generar conciencia sobre el SIDA. 


Un nuevo miembro del grupo, Nathan, se quedará sorprendido ante la radicalidad y energía de Sean, que gasta su último aliento en la lucha. Con Nahuel Pérez Biscayart, Arnaud Valois, Adèle Haenel, Antoine Reinartz y Ariel Borenstein.

Todas las películas podrán verse en estos links de acceso:

EXPLOTA EXPLOTA: QUÉ FANTÁSTICA ESTA FIESTA

$
0
0
Explota Explota. Director: Nacho Álvarez. Protagonistas: Ingrid García-Jonsson, Verónica Echegui, Fernando Guallar, Giuseppe Maggio, Fran Morcillo, Fernando Tejero, Pedro Casablanc, Carlos Hipólito y Natalia Millán, entre otros. Participación especial de Raffaella Carrá. Guionistas: David Esteban Cubero, Eduardo Navarro y Nacho Álvarez, sobre una idea original de Nacho Álvarez, inspirado en la vida y obra de Raffaella Carrá. Música original: Roque Baños. Incluye canciones del repertorio de Raffaella Carrá. Tema de cierre:En el amor todo es empezar, interpretado por Ana Guerra. Coreografías: Toni Espinosa. Tornasol / El Sustituto Producciones A.I.E. / Indigo Film / RTVE / Rai Cinema / Amazon Prime Video. España / Italia, 2020. Estreno en la Argentina: 15 de julio de 2021. Disponible en HBO MAX desde el 16 de julio de 2021.


Empiezo aclarando lo de siempre: No me gustan las comedias musicales. Me parece antinatural que las personas dejen de hablar para ponerse a cantar sus cuitas como si eso fuera lo más normal del mundo. No puedo conectar con eso. No sé conectar con eso. Dicho lo dicho, la opera prima del uruguayo Nacho Álvarez me encantó. Quizá por la natural fluidez con que el canto alternó con el habla, tal vez por la exquisita recreación de los musicales setentistas que supe ver en mi juventud televisiva, seguro porque las canciones de la recientemente desaparecida Raffaella Carrá me pegaron justo en la línea emotiva de flotación, hundiendo mis defensas neuronales ante un género al que me suelo acercar con muchísimos prejuicios.


Para definirlo rápido, Explota Explota (Ballo Ballo en Italia) es a la música de Raffaella Carrá lo que Mamma Mia! es a la de ABBA. Una excusa argumental armada para justificar esa imbatible seguidilla de éxitos representativos de la diva italiana. Una referente indiscutida del pop y el glam peninsular que, en su tierra natal, además, corporizó como nadie la lucha por los derechos de las mujeres y el colectivo gay, cuando mostrar el ombligo en pantalla implicaba la condena furibunda y explícita del Vaticano. Algo que de verdad le pasó a Raffaella.


De ahí, supongo, que el nudo argumental de esta comedia romántica ambientada en la España franquista de 1973, evidencie la tensión entre los reclamos libertarios de una generación y el accionar agobiante (y ridículo) de la censura de turno. Un drama que se condena sin resignar nunca la idealizada alegría de vivir de esos años, puesta a rodar con personajes lo necesariamente estereotipados para moverse a sus anchas en el límite almodovariano del kitsch.


Con diálogos frescos y efectivos, una paleta de colores sesentistas y algunas coreografías impactantes (la del subte es toda una maravilla), Álvarez nos pone a bailar y a cantar con, sin repetir y sin soplar, Adiós amigo, Tuca Tuca, Bailo bailo, Hay que venir al sur, Caliente caliente, Male, Lucas, 0303456, En el amor todo es empezar, Rumore, María Marí, Sin ti y Fiesta, todas ellas en su versión española. O sea, sin la censura agregada con que las conocimos en la Argentina. Conviene verla pronto. Por si acaso se acaba el mundo.
Fernando Ariel García

FAR SOUTH: TÓMATE ESTA BOTELLA CONMIGO

$
0
0
Far South. Guion: Rodolfo Santullo. Dibujos y portada: Leandro Fernández. Puro Comic. Argentina, 2013.


Si mal no recuerdo, en The Simple Art of Murder, Raymond Chandler establecía sus definiciones sobre la novela negra. Ante todo, que se trataba de literatura y no de mero entretenimiento. O sea, que debía reflejar el mundo en que vivimos, no desde el destaque de las costumbres sociales en boga, sino desde la visceral exposición de las pulsiones internas que mueven al ser humano. Y después, que no debía perder tiempo en las detalladas resoluciones de los asesinatos (que para eso estaba la novela de enigma) y ocuparse de los motivos y las motivaciones que llevaban a alguien a matar a otro. En resumen (y abriendo el abanico a todas las expresiones artísticas), el policial negro es una filosofía de vida anclada en el gris, sin buenos ni malos, sin lugar para la ley y la ética, donde la Verdad se impone con estrictos códigos morales; y la Justicia se dirime mediante la violencia ejercida desde abajo como respuesta a la violencia ejercida desde arriba.


En Far South, el cómic del uruguayo (nacido en México) Rodolfo Santullo y el argentino Leandro Fernández, los presupuestos de esta guía anglosajona se cumplen con precisión suiza. Pero, fieles a sus raíces latinoamericanas, los autores decidieron alejarse de la pureza inmaculada del canon para abrazar las difíciles (pero deliciosas) mieles de la hibridación. Cruza entre el policial negro y el western, traducido en un anónimo escenario que fusiona los imaginarios rurales de la Argentina, el Uruguay y algunas zonas del Brasil en la década del ‘40, Far South se yergue como una monumental partida de ajedrez jugada entre perdedores y sobrevivientes, segundas líneas que se ensucian las manos en favor de los permanentes poderes de turno, exponentes del subsuelo derrotado, decadente y vilipendiado de una sociedad estancada en el vasallaje. La lírica psicológica de un atarintanado Sam Peckinpah crepuscular, contada con la voz rota de Chavela Vargas.


Quien siembra vientos cosecha tempestades, asegura el refrán. Y en Far South, de una forma o de otra, todos han venido sembrando sus tormentas de frustración, traición y venganza, denodadamente, por siglos. Y cuando hable el plomo y la tierra se riegue con sangre, la polvareda de ese pueblo detenido en el tiempo, asfixiado por el calor y la corrupción, no distinguirá entre justos y pecadores. Historia coral devenida en tragedia colectiva, las supuestas anécdotas autoconclusivas terminarán colisionando en una matanza inevitable. 


Pero antes, jornaleros y putas, rompehuelgas y sindicalistas, cafiolos y políticos, bandoleros y mafiosos, blancos e indígenas, pasarán por un trago a la Pulpería de Montoya, punto de encuentro para las luces y las sombras de este relato, tierra de nadie capaz de brindar un poco de sosiego existencial a tanta miseria humana. Purgatorio postrero donde los personajes pueden apurar una última grappa, antes de salir a encontrarse con su borgeano e impostergable destino.
Fernando Ariel García
Publicado originalmente en 21 en el XXI. Cómic Noir del tercer milenio, catálogo oficial de la XXXIV Semana Negra de Gijón (julio de 2021).
 
  

PLANETA SALVAJE: CIENCIA-FICCIÓN SURREALISTA PARA LA LIBERACIÓN

$
0
0
Planeta salvaje. Dirección: René Laloux. Voces:Jennifer Drake, Sylvie Lenoir, Jean Topart y Jean Valmont, entre otros. Guion: Roland Topor y René Laloux, basado en la novela Oms en série (1957) de Stefan Wul (pseudónimo de Pierre Pairault). Diseños originales: Roland Topor. Dibujo de personajes: Josef Kábrt. Dibujo de fondos: Josef Josef Váňá. Música:Alain Goraguer. Les Films Armorial / Service de la Recherche O.R.T.F. / Ceskoslovensky Filmexport. Francia / Checoslovaquia, 1973. Estreno en la Argentina (versión remasterizada): 22 de julio de 2021.


Recuerdo haber visto esta película hace más de treinta y cinco años, no sé si en el viejo cine Cosmos, en alguna de los ciclos del San Martín o en un mítico cineclub dónde sólo se exhibían muestras del séptimo arte comprometido con la lucha de los pueblos. La copia no era la mejor, era la que se había conseguido y preservado. Pero aun con las deficiencias de audio e imagen, el impacto que me causó fue extraordinario. Una ciencia-ficción hermética que, sin embargo, a pesar de su complejidad, no expulsaba a ningún espectador. Al contrario, lo invitaba a descubrir un mundo nuevo y, después de subyugarlo con el despliegue de su universo simbólico, le sacudía la conciencia con una bajada de línea humanista (en su concepto) y brutalmente directa (en su exposición).


Ayer volví a ver Planeta salvaje (La Planète sauvage / Divoká planeta), en su copia restaurada en 2016. Por cuestiones tan obvias como tecnológicas, la experiencia visual fue todo un descubrimiento, por la calidad y definición con que se expande el surrealismo plástico de Roland Topor, en constante diálogo con Dalí, de Chirico y el movimiento Pánico que el propio Topor fundó con, entre otros, Alexando Jodorowsky. Fiel a su naturaleza ecléctica, el trabajo de Topor en Planeta… se manifiesta en la conjugación de dos lenguajes gráficos específicos: El humor satírico y el terror existencial. El abordaje simultáneo de cuestiones biológicas y filosóficas, pero desde la tensión conceptual que posibilita el imperio monstruoso del azar. La locura controlada. La ambigüedad como materia prima. La confusión como punto de partida y nunca como meta. Sólo por esto, el reestreno de este clásico incombustible de la animación europea es más que bienvenido.


Pero Planeta… tiene (mucho) más para ofrecer que un recorrido museístico por la pintura de un artista genial. A casi cincuenta años de su estreno original, la película de René Laloux mantiene intacta la pertinencia de sus mensajes alegóricos. Los personajes y sus acciones son, por ello, significado y significante. Pero la perspectiva viene puesta por los ojos que miran la historia. En un planeta, hay una raza que se ha erigido en dueña absoluta (y autolegitimada) de esos territorios. Y hay otra raza, vista como inferior por quienes detentan el poder hegemónico, con dos destinos predeterminados: El de mascota, si ha sido previamente domesticado; o el de alimaña salvaje y destructora, que debe ser exterminada. La primera de las razas disfruta de sus paraísos privados, es fanática de la meditación y practica algo que hoy llamaríamos sexo tántrico. La segunda sobrevive como puede, menospreciada, maltratada y abusada, en el caso de los domesticados. Oculta, perseguida y eliminada sin compasión, si se mantiene en estado salvaje. La primera de las razas es la alienígena, de enorme estatura, piel azul y saltones ojos rojos. La segunda de las razas es la humana.


Con esta potente metáfora de nuestra relación con las otredades y los entornos que nos rodean, Laloux discute las ideas instaladas de desarrollo y progreso, ciencia y superstición, civilización y barbarie. Pero, sobre todo, pone en tela de juicio la condición humana. Y lo hace con una particularidad que, para mí, marca la diferencia. La relativización de las conductas convencionales de ambas razas, tan reconocibles y al mismo tiempo tan ajenas, termina conformando una deontología distinta a la que determina nuestra escala de valores. Aquí no parece haber buenos ni malos, sino ignorantes incapaces de entender la real naturaleza de sus actos. Un choque de culturas que se resume dialécticamente entre la explotación y la revolución. ¿Quedará lugar para una tercera vía? Es posible, parece argumentar el film, siempre y cuando las partes en conflicto entiendan que el único empoderamiento efectivo viene de la mano de la educación. Y que la verdadera liberación se alcanza tras un proceso de enseñanza y aprendizaje.


Y si todo esto no alcanza, siempre nos queda la banda sonora de Alain Goraguer, pianista de jazz que supo colaborar con Boris Vian y Serge Gainsbourg, entre otros revulsivos baluartes de la chansonfrancesa. Hija dilecta de su época, la suite fantástica de Goraguer amalgama la hipnótica psicodelia de Pink Floyd con el funk más setentoso, los principios de la música electrónica y una búsqueda barroca de los cánones de la era espacial. Un regocijo para todos los sentidos. Y un desafío para el intelecto. 
Fernando Ariel García

SPACE JAM. UN NUEVO LEGADO: CONDUCTA ANTIDEPORTIVA

$
0
0
Space Jam: Una nueva era. Director: Malcolm D. Lee. Protagonistas: LeBron James, Don Cheadle, Khris Davis, Sonequa Martin-Green y Cedric Joe, entre otros. Voces (versión original en inglés): Jeff Bergman (Bugs Bunny, Silvestre, Yosemite Sam, Pedro Picapiedra, Oso Yogui), Zendaya (Lola Bunny), Gabriel Iglesias (Speedy Gonzales), Eric Bauza (Pato Lucas, Porky, Gallo Claudio, Elmer Fudd, Marvin el marciano), Candi Milo (Abuela), Bob Bergen (Tweety), Fred Tastasciore (Taz), Rosario Dawson (Mujer Maravilla) y Justin Roiland (Rick & Morty), entre otros. Guion: Juel Taylor, Tony Rettenmaier, Keenan Coogler, Terence Nance, Jesse Gordon y Celeste Ballard, basado en situaciones creadas por Leo Benvenuti, Steve Rudnick, Timothy Harris y Herschel Weingrod para el film Space Jam (1996). Productor: LeBron James, entre otros. Warner Animation Group / Proximity / The Springhill Company. EE.UU., 2021. Estreno en la Argentina: 15 de julio de 2021.


Del mundo de DC: Batman, Robin, Guasón, Gatúbela y el Pingüino, más un grupito de facinerosos feos, todos del Batman de Adam West. El Guasón, el Pingüino y Gatúbela de los Batman de Tim Burton. El Capitán Frío modelo Schwarzenegger. El Guasón de Heath Ledger. El Guasón de Joaquin Phoenix. El General Zod, Ursa y Non, del Superman de Christopher Reeve. Batman, Superman, Aquaman, Linterna Verde (John Stewart), Batichica, Flash, el comisionado Gordon, Selina Kyle, Dick Grayson, Jimmy Olsen, Lois Lane, Alfred Pennyworth y Harleen Quinnzel, del universo animado diseñado por Bruce Timm. La Mujer Maravilla de Gal Gadot.


Del mundo de los dibujos animados: Por Hanna & Barbera, el Oso Yogui y Bubu; Pierre Nodoyuna, Patán y Penélope Glamour; la familia Picapiedras (Dino incluido), los Mármol y el Gran Gazoo; Don Gato (sin su pandilla), Scooby-Doo, Shaggy, Fred, Daphne y Vilma, con La Máquina del Misterio; la súper familia Sónico y Robotina; Mandibulín; Maguila Gorila, el Capitán Cavernícola, Pepe Pótamo, Soso y su globo mágico; Igoo, Gloop y Gleep, en representación de los Defensores Interplanetarios; Frankenstein Jr. y Buzz Conroy; el Fantasma del Espacio, el poderoso Mightor; los Animaniacs Yakko, Wakko y Dot; Falconman y Dinamita. Por Cartoon Network, Rick y Morty. Por Pie Pequeño, Migo, Meechee y Gwangi. Por la Space Jam original: Bill Murray y los Nerdlucks. Colados: Lion-O y Cheetara, de los ThunderCats.


Del mundo de licencias Warner: Lord Voldemort y un par de miembros de la Casa Hufflepuff, de Harry Potter. Drogon y el Rey de la Noche, de Game of Thrones. Los War Boys de Mad Max: Furia en el camino. Morfeo, Trinity y el Agente Smith, de Matrix. El Rey Leónidas y sus espartanos de 300. Ilsa Lund (Ingrid Bergman) de Casablanca. Dorothy, la Malvada Bruja del Oeste y un mono volador de El Mago de Oz. King Kong. El Gigante de Hierro. Austin Powers. Pennywise, de It! Beetlejuice. Alex DeLarge y los drugos de La naranja mecánica. Gizmo y demás Gremlins. RoboCop. Tony Soprano. Gandalf, Frodo, Baggins y Gollum, de El Señor de los Anillos. Mamá Fratelli de Los GooniesBaby Jane Hudson (Bette Davis) de ¿Qué pasó con Baby Jane? Jim West versión Will Smith. La Máscara de Jim Carrey. Un par de monjas ninfómanas de Los demonios, de Ken Russell (¿y cancelaron a Pepe Le Pew?). Los cameos de Steven Yeun (The Walking Dead) y los comediantes Sarah Silverman, Lil Rel Howery y Slink Johnson (más conocidos allá que acá, por cierto).


Del mundo del deporte: Los y las basquetbolistas Sue Bird, Draymond Green, A’ja Wilson, Anthony Davis, Damian Lillard, Klay Thompson, Nneka Ogwumike y Diana Taurasi. La boxeadora Ronda Rousey. La tenista Naomi Osaka. El relator Ernie Johnson Jr. Y la pipa de Nike.


Semejante conglomerado de cameos, referencias y participaciones especiales conforman un catálogo, no hacen una película. Un montón de citas a los cortos más clásicos de los Looney Tunes, secuencias, músicas y parlamentos famosos del séptimo arte, tampoco. Puntuales guiños a la carrera profesional de LeBron James, mucho menos. Y dos chistes, uno con Pixar y otro con Michael Jordan, no alcanzan a disimular que esta Space Jam. Un nuevo legado (Space Jam. A New Legacy) es la misma película que su primera parte, hecha hace 25 años. Sólo que, en lugar de Michael Jordan, está LeBron James intentando encestar. Para mí, es falta por conducta antideportiva. Corresponde expulsión inmediata.
Fernando Ariel García

CRUELLA: DESNATURALIZANDO AL ENEMIGO

$
0
0
Cruella. Director: Craig Gillespie. Protagonistas:Emma Stone, Emma Thompson, Joel Fry, Paul Walter Hauser, Mark Strong, Kirby Howell-Baptiste, Kayvan Novak, Emily Beecham y John McCrea, entre otros. Guionistas: Dana Fox y Tony McNamara, sobre una historia de Aline Brosh McKenna, Kelly Marcel y Steve Zissis, basado en personajes y situaciones de la novela 101 dálmatas (1956), de Dodie Smith. Canción de cierre:Call Me Cruella, interpretada por Florence + The Machine. Walt Disney Pictures / Marc Platt Productions / Gunn Films. EE.UU., 2021. Estreno en la Argentina: 28 de mayo de 2021, en salas cinematográficas y Disney Plus (Premier Access).


De pibe, frente al inevitable River-Boca que se jugaba entre los dibujitos animados de Warner y Disney, la discusión no se dirimía entre halcones y palomas sino entre conejos y ratones. Y yo era ferviente militante de la sana locura y la necesaria incorrección política de Bugs Bunny y sus amigos. Lo único que le reconocía al Tío Walt, debo ser sincero, es esa maravilla irrepetible de Fantasía (para mí, sigue siendo la mejor película de Disney) y la impardable capacidad de generar villanas de culto.


En ese rubro, los trabajadores de Disney siempre daban en el centro. Su norte era el modelo icónico de la femme fatale inmortalizada por el cine hollywoodense de la Edad de Oro: Irresistible, peligrosa, seductora, feminista en su cualidad de reafirmación de su libertad. La vestían de malvada porque esa era la única manera que encontraban para cargarla de sexualidad, deseo, gozo y poder, algo que (en esos años) no se les permitía a las miles de Blancanieves, Cenicientas y Bellas Durmientes que iban al cine a ver las películas de sus obligatorios modelos a perpetuar.


Lo mejor de esas cintas clásicas del universo principesco por antonomasia, no tengo dudas, está en el catálogo de deliciosas criaturas malvadas. Y gran parte de mi desprecio al pacato conservadurismo de Disney nació (creció y se fortaleció) en el rechazo a los castigos formales con que el estudio condenó (narrativamente hablando, por supuesto) a sus creaciones más vívidas, más logradas. Odiaba verlas perder, pero aplaudía que perdieran en su ley, eligiendo mantener su fidelidad a la naturaleza predadora que les daba identidad y trascendencia.


De ahí que, ahora, no me enganche mucho con la actual obsesión disneyana de reformatear a su galería de malas a la hora de otorgarles el protagonismo fílmico que antes le negaban. Me pasó con Maléfica. Y me pasa con esta Cruella de Emma Stone, desnaturalizada al extremo de justificar sus obsesiones más condenables con melodramáticas volteretas argumentales que la neutralizan como villana, para instalarla como antiheroína fashion y punk en la Londres de los revolucionarios setenta.


La película de Craig Gillespie cumple con el imaginario british que promete. Es visualmente despampanante, cuenta con un vestuario lo necesariamente grandilocuente; y se apoya en las grandes actuaciones de un reparto muy bien encabezado por las dos Emmas (Stone y Thompson), que saben caminar por el filo del desborde sin caer nunca en la caricatura. Y establece un origen definitivo que rehabilita la conciencia de Cruella de Vil frente a la ola cancelatoria que caracteriza al nuevo conservadurismo.


Si algo me llevó hasta el final de la película, fue su perfecta banda sonora. Una seguidilla de inmortales hits de la música rock, pop, funk, R&B, jazz y punk de la escena (no sólo) británica de los ’60 y ’70. Supertramp, Bee Gees, The Doors, Nina Simone, Ike & Tina Turner (haciendo covers de los Beatles y Led Zeppelin), Queen, Blondie, The Clash, los Rolling Stones, David Bowie, Suzy Quatro, Deep Purple, Electric Light Orchestra, Black Sabbath y The J. Geils Band, entre otros. Ideal para ver con los ojos cerrados y el volumen al palo.
Fernando Ariel García
Viewing all 2222 articles
Browse latest View live