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Channel: LA BITACORA DE MANECO
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PARASITE: MEMORIAS DEL SUBSUELO

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Parasite - Parásitos. Director: Bong Joon Ho. Protagonistas: Song Kang Ho, Lee Sun Kyun, Cho Yeo Jeong, Choi Woo Shik, Park So Dam, Lee Jung Eun y Chang Hyae, entre otros. Guion: Bong Joon Ho, Han Jin Won. Barunson E&A / CJ Entertainment. Corea del Sur, 2018. Estreno en la Argentina: 23 de enero de 2020. 

Técnicamente, se entiende por parásito a todo organismo que vive a costa de un ser vivo de otra especie. Alimentándose, literalmente, de las sustancias que elabora el organismo invadido, debilitándolo gradualmente hasta llevarlo, en ciertos casos, a la muerte. Y este tipo de relación simbiótica es la que va a entablarse entre la familia Kim, que no posee nada; y la familia Park, que (al menos, en apariencia), lo tiene todo. 




Obra maestra del humor negro contemporáneo, el film de Bong Joon Ho se ha convertido en un suceso internacional imparable, que amenaza con apropiarse del Oscar a la Mejor Película Internacional, después de haberse alzado con el Globo de Oro y la Palma de Oro de Cannes. Condiciones le sobran, por cierto. Con su fusión de comedia familiar, drama aspiracional, denuncia social y thriller de tintes tarantinescos, Parasite – Parásitos (Gisaengchung – Parasite) expone con crudeza, empatía y delirio, los efectos concretos de la insostenible diferencia de clases surcoreana, la inclemencia con que el modelo capitalista gesta a los marginados que necesita para explotar y descartar; y el miedo permanente al desborde intemperante de sus vecinos del norte, cuestiones de color local que son rápidamente asimilables a cualquier otro rincón del mundo globalizado. 


De manera feroz y brutal, la película se aleja de cualquier cliché ideológico sobre las élites, los desplazados y los lazos (concretos y simbólicos) que los unen mientras los separan. Uno de los grandes logros de Bong Joon Ho es, justamente, el de elaborar esta lucha de clases como lo que realmente es, una tragedia escindida de juicios éticos y/o morales, distribuyendo responsabilidades entre todos y sin culpar a nadie. 


Porque ambas partes en conflicto construyen sus lógicas de supervivencia con las herramientas que tienen, que conocen, que dominan. Con el engaño, la sensación de superioridad, el aprovechamiento, el (ab)uso de su posición, sólo responden al imperio cultural impuesto por el modelo político-económico-social de turno. Hasta que la mierda inunda los subsuelos de la patria; y la polarización extrema queda reducida a su expresión más básica, salvaje y binaria: Matar o morir. 
Fernando Ariel García

THE JOKER – YEAR OF THE VILLAIN: SER O PARECER

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The Joker – Year of the Villain. Guion: John Carpenter y Anthony Burch. Dibujos: Philip Tan. Entintado: Marc Deering, Danny Miki, Jonathan Glapion y Philip Tan. Color: Jay David Ramos. Portada: Philip Tan y Jay David Ramos. Editor: Jamie S. Rich. DC Comics. EE.UU., diciembre de 2019. 

Estamos en la era del Guasón. Y todo se lo debemos a Joaquin Phoenix, estrella y baluarte absoluta del magnífico film de Todd Phillips, detonante en cadena del fenómeno que acapara los aplausos del público, los elogios de la crítica y los premios de la industria. Ante estos hechos, se caía de maduro que DC iba a explotar su licencia de manera desenfrenada, tratando de aprovechar al máximo las posibilidades comerciales del momento.
Y de entre el maremágnum de títulos relacionados con el Payaso del Crimen, elijo quedarme con este The Joker: Year of the Villain, cómic especial por su naturaleza unitaria, pero sobre todo por haber sido concebido por uno de los cineastas más importantes del séptimo arte norteamericano de los ’70 y ’80: John Carpenter. El director de la original Halloween, Asalto al Precinto 13, La niebla, Escape de Nueva York y la remake de La cosa, todos clásicos del terror, el thriller y la fantasía que han formateado el gusto por el entretenimiento popular de mi generación.


La única contra de este especial es su pertenencia al largo evento anual Year of the Villain, en el cual Lex Luthor intenta alcanzar la realización de la especie humana a través del ejercicio de la maldad, lo cual se traduce en un par de páginas sin sentido para todo aquel lector desinteresado de las grandes implicancias del mosaico general. Lo que vale (y mucho) es la historia que se cuenta dentro de ese marco formal. 


Apelando al universo simbólico de la serie televisiva de Batman con Adam West y Burt Ward, Carpenter (y su co-guionista Anthony Burch) se animan a dos planteos revolucionarios (por lo perturbadores) para el status quo de personajes aptos para todo público. Por un lado, plantean la relación del Guasón con Batman como una tóxica e irresuelta historia de amor. Amor que prescinde del romanticismo para exhibir su esencia sexual con prácticas que ligan el éxtasis a puntuales manifestaciones de violencia y perverso coqueteo con la muerte.


Y, por otro lado, al contar la historia desde el punto de vista de uno de los inútiles secuaces que solían acompañar al catódico Guasón interpretado por Cesar Romero, Carpenter y Burch deconstruyen la naturaleza identitaria del criminal, respondiendo la pregunta que nadie se había animado a hacer: ¿El Guasón es un demente inestable que comete actos malvados o un cuerdo malvado que comete actos dementes? 
Fernando Ariel García

EL IRLANDÉS: ELEGÍA DE LA ÉPICA GANGSTERIL

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El irlandés. Director: Martin Scorsese. Protagonistas: Robert De Niro (Frank Sheeran), ‎Al Pacino (Jimmy Hoffa), Joe Pesci (Russell Bufalino), Ray Romano (Bill Bufalino), Bobby Cannavale (Felix Di Tullio), Anna Paquin (Peggy Sheeran), Stephen Graham (Anthony Provenzano), Stephanie Kurtzuba (Irene Sheeran), Jesse Plemons (Chuckie O'Brien), Harvey Keitel (Angelo Bruno) y Kathrine Narducci (Carrie Bufalino), entre otros. Guion: Steven Zaillian, basadoen el libro I Heard You Paint Houses, de Charles Brandt. Música original: Robbie Robertson. Productores: Martin Scorsese, Robert De Niro, Jane Rosenthal, Gastón Pavlovich, Emma Tillinger Koskoff. TriBeCa Productions / STX Entertainment / Sikelia Productions. EE.UU., 2019. Disponible en Netflix desde el 27 de noviembre de 2019. 

La tecnología actual lo permite todo. O casi. Por eso hay películas que están hechas para ser vistas en Imax, para ser vistas en cine, para ser vistas en TV y hasta para ser vistas en smartphones. Del otro lado están, por supuesto, las películas hechas para ser vistas. Y El irlandés (The Irishman) es una de estas últimas. En cualquier formato, como venga, ya sea por partes o de corrido. ¿La mejor de Scorsese? No lo sé, dependiendo del día en que intente una respuesta, puede que sí o puede que no. ¿La mejor del último Scorsese? Por afano. Y es lógico que así sea. Lo suyo quita el aliento. Y lo de De Niro, Pacino y Pesci no tiene nombre. O sí. Actuación, se le llama. Consagratoria, se le podría agregar, si no se tratara de monstruos que están más allá (y más acá) del bien y del mal. 


A los saltos temporales, uno puede ir armando la historia de Frank Sheeran (De Niro), el irlandés del título, un camionero reconvertido en asesino a sueldo, puesto a trabajar primero para el mafioso Russell Bufalino (Pesci) y, en segunda instancia, para el famoso y poderosísimo Jimmy Hoffa (Pacino), mítico líder del sindicato estadounidense de camioneros. Desaparecido a fines de julio de 1975, Hoffa fue declarado legalmente muerto en 1982; y desde entonces se viene intentando esclarecer qué es lo que pasó cuando pasó lo que todos dan por cierto. La película cuenta su versión de los hechos, que es la versión que le dio Sheeran a Charles Brandt, autor del libro en que se basa El irlandés


Pero todo esto es apenas la cáscara del film. Lo sustancioso está en el bosque, aunque cada uno de los árboles que lo conforman se bancaría un largometraje por sí solo. La mirada abarcadora de Scorsese nos cuenta el largo languidecer de la épica gangsteril que tanto le rindió a él y a otros directores. Una elegía contemplativa, revisionista y movilizadora, un mosaico hecho de diálogos filosóficos y punzantes, violencia seca y extrema, equilibrado por aquellos silenciosos ominosos y definitivos que evitan desbordes y dibujan límites que no se pueden deshacer. Una tragedia de ribetes shakespereanos tejida por lazos familiares que no paran de sangrar dolor y pérdidas. El dilema existencial que acarrea el sentido que le damos a nuestra vida, sobre todo a la hora de hacer el último balance, en medio de la soledad que tan estoicamente supimos construir. Sólo por la escena del llamado telefónico de De Niro,El irlandés vale más que mil películas. Chapeau. 
Fernando Ariel García

DOLITTLE: EL IRON MAN DE LA ERA VICTORIANA

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Dolittle. Director: Stephen Gaghan. Protagonistas: Robert Downey Jr., Antonio Banderas, Michael Sheen, Harry Collett y Carmel Laniado, entre otros. Voces (en inglés): Emma Thompson (Poly), Rami Malek (Chee-Chee), John Cena (Yoshi), Kumail Nanjiani (Plimpton), Octavia Spencer (Dab-Dab), Tom Holland (Jip), Craig Robinson (Kevin), Ralph Fiennes (Barry), Selena Gomez (Betsy) y Marion Cotillard (Tutu), entre otros. Voces (en castellano): Regina Orozco (Poly), Paul Stanley (Chee-Chee), Jesús Alzamora (Yoshi), Faisy (Plimpton), Dalia Gutmann (Dab-Dab), Andrés Navy (Jip), Fonseca (Kevin), Daniel Giménez Cacho (Barry), Laura Tobón (Betsy) y Verónica Toussaint (Tutu), entre otros. Guion: Thomas Shepherd, basado en personajes y situaciones creados por Hugh Lofting para la saga literaria del Doctor Dolittle (1920-1952), en particular el libro The Voyages of Doctor Dolittle (1922). Música: Danny Elfman. Productor: Robert Downey Jr. Team Downey / Roth Films / Perfect World Pictures. EE.UU., 2020. Estreno en la Argentina: 23 de enero de 2020. 


John Hunter (1728-1793) está considerado como uno de los más importantes cirujanos de la historia de Escocia, sobre todo por haber sido el primero que insistió con el desarrollo de métodos médico-científicos basados en la detenida (y muy detallista) observación de los pacientes y sus entornos, a la hora de elaborar un diagnóstico y su correspondiente tratamiento. Por ese motivo, al parecer, le sirvió de sustento ideal al ingeniero civil Hugh Lofting, creador del famoso Doctor Dolittle en 1920. 


La figura del bonachón doctor que puede hablar con los animales se hizo rápidamente famosa, derivó en una larga saga de libros infantiles de didáctico tono aventurero; y de allí saltó al teatro, la radio, los dibujos animados y el cine (con los rostros de Rex Harrison en 1967 y un doblete de Eddie Murphy en 1998 y 2001). Y ahora le toca el turno a Robert Downey Jr. en esta Dolittle que pretende abarcar tanto que se queda sin apretar nada.


Que la película esté pensada, realizada y construida alrededor del lucimiento de Robert Downey Jr., no es un problema. La verdad, “el mejor actor de su generación” (Marlon Brando dixit) tiene carisma, talento y oficio para cargarse sobre los hombros cualquier cosa que le pongan, pero necesita de alguien que ordene los excesos de una propuesta que sólo busca la forma de ir redoblando permanentemente sus propias apuestas. O, en su defecto, alguien que sepa hacer de esos excesos una virtud narrativa y no confunda movimiento espasmódico con acción. 


Apuntada directamente al corazón del público infanto-juvenil, la película hace del doctor Dolittle un reluctante aventurero, tan inteligente como cabrón. Una especie de Indiana Jones superheroico que, básicamente, es el reconocible Iron Man trasplantado a la Inglaterra Victoriana. Por si quedara alguna duda, tiene su “momento armadura”, su iconoclasta mansión y una nave que cualquier paladín quisiera para sí. Además, la dinámica que entabla con los animales que lo acompañan en su travesía allende los mares, es una réplica de la que Iron Man mantiene con los Vengadores. Hay un Capi que lo pone en su lugar y un héroe novato (su Spider-Man, digamos) para que lo forme a su imagen y semejanza. 


Lo mejor de todo: La introducción animada y los cuadros del final. Eso sí, no se vayan enseguida. Como en las pelis de Iron Man,hay una escena entre los créditos de cierre. Fernando Ariel García

WARNER CHANNEL ESTRENA "CRISIS EN TIERRAS INFINITAS" EN LA ARGENTINA

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Warner Channel estrena en la Argentina el esperadísimo cruce entre las series del Arrowverse, Crisis en Tierras Infinitas, adaptación del clásico cómic que reformuló la estantería dramática del Universo de DC Comics. 


Si querés saber de qué va la cosa, mirá esta nota que publiqué en el diario La Nación.

1917: EL CINE DE LA EXPERIENCIA VERSUS LA EXPERIENCIA DEL CINE

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1917. Director: Sam Mendes. Protagonistas: George MacKay, Dean-Charles Chapman, Mark Strong, Andrew Scott, Richard Madden y Claire Duburcq, entre otros. Participación especial de Colin Firth y Benedict Cumberbatch. Guion: Sam Mendes, Krysty Wilson-Cairns. DreamWorks Pictures / Reliance Entertainment / New Republic Pictures / Mogambo / Neal Street Productions / Amblin Partners. EE.UU. / Reino Unido, 2019. Estreno en la Argentina: 30 de enero de 2020. 

Estamos en el 6 de abril de 1917, al norte de Francia, en medio de un campamento británico estratégicamente ubicado en el Frente Oeste, principal teatro de operaciones de la Primera Guerra mundial. Falta poco más de un año para que los alemanes se rindan y firmen el armisticio, pero ese es un dato que no maneja ninguno de los protagonistas de 1917, razón por la cual los ánimos son los que son, las caras dibujan las expresiones que vemos; y las expectativas siguen siendo las mismas de ayer: Mantenerse con vida hasta mañana. 


Convengamos que la historia contada por Sam Mendes (Belleza americana, dos de las últimas Bond) es ínfima, no más de una anécdota en el mosaico de la Gran Guerra. Una especie de Rescatando al soldado Ryan en versión minimalista (por la cantidad de soldados involucrados) pero de alcance expansivo (por la naturaleza inmersiva de su narración). En 1917, de manera brutal, inmisericorde y decisiva, el cómo se cuenta se impone al qué se cuenta. Y la elección consciente del nosotros inclusivo termina por marcar la (gran) diferencia. 


Porque el verdadero protagonista de esta épica bélica, tan vital como móvil, es la cámara. La cámara que sigue a los dos soldados británicos por su trinchera, cruzando la tierra de nadie, avanzando a campo traviesa en territorio enemigo, adentrándose en el fantasmagórico laberinto arquitectónico de una ciudad comida por las bombas y el humo irrespirable. Filmada en tiempo real, construyendo la sensación de una toma única, con ese travelling subjetivo que serpentea desde el principio hasta el final, llevándonos de las narices por entre las ratas, el barro, la sangre, la mierda y el honor. 


Lo de Mendes es, técnicamente hablando, insuperable. Un logro fastuoso y bello, tan fácil de seguir que hasta parece que hubiera sido fácil de hacer y de resolver. El espectador es uno más en ese grupo de desesperados, hambrientos, enloquecidos por el deber de una misión suicida contra el reloj. Transpiramos, sufrimos, nos debatimos, corremos, matamos, huimos, tenemos miedo, flaqueamos y nos levantamos. Con ellos. Como ellos. Si hasta, por un momento, naturalizamos la patética deshumanización del enemigo.


Mendes logra lo que poco cine bélico ha logrado hasta ahora: Hacernos vivir la experiencia de estar en una guerra. Y en este enorme mérito anida el mayor pecado del film. Al estar tan compenetrado con lo que le pasa a uno durante el metraje, a uno ya no le importa qué le pasa a los dos soldados británicos. ¿Viven? ¿Mueren? Da lo mismo. Lo importante es que nosotros lleguemos a las placas de cierre esquivando metralla, explosiones y pestes, caminando sobre cadáveres y codeándonos con moribundos. Ansiando el momento en que podamos relajarnos, sentarnos bajo la copa de un árbol a pensar un futuro (si es que existe tal posibilidad), fumar un cigarrillo o deshacernos en lágrimas. 


Con 1917, Mendes acaba de firmar el manifiesto definitivo para el concepto dominante en el entretenimiento masivo de esta época: Privilegiar la “experiencia” a costa de exterminar la empatía. No es la opción correcta, al menos para mí. Entre el cine de la experiencia y la experiencia del cine, yo me quedo con lo segundo. 
Fernando Ariel García

ESPÍAS A ESCONDIDAS: SÓLO PARA SUS OJOS

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Espías a escondidas. Directores: Troy Quane y Nick Bruno. Voces (en inglés): Will Smith (Lance Sterling), Tom Holland (Walter Beckett), Rashida Jones (Marcy Kappel), Ben Mendelsohn (Killian), Reba McEntire (Joy Jenkins), Rachel Brosnahan (Wendy Beckett), Karen Gillan (Ojos),DJ Khaled (Oídos) y Masi Oka (Katsu Kimura), entre otros. Voces (en castellano): Mario Filio (Lance Sterling), Emilio Treviño (Walter Beckett, rebautizado como Walter Benítez), Rosalba Sotelo (Marcy Kappel), José Luis Orozco (Killian), Rebeca Patiño (Joy Jenkins, rebautizada como Felicia Jenkins), Xóchitl Ugarte (Wendy Beckett), Alondra Hidalgo (Ojos), Víctor Ugarte (Orejas) y Mauricio Pérez (Katsu Kimura), entre otros. Guion: Brad Copeland, Lloyd Taylor y Cindy Davis, basado en el cortometraje Pigeon: Impossible (2009), de Lucas Martell. Blue Sky Studios / 20th Century Fox Animation / Chernin Entertainment. EE.UU., 2019. Estreno en la Argentina: 30 de enero de 2020. 



Timing perfecto. Si hasta uno podría pensar que fue a propósito. Los productores de los films de Bond confirman (por millonésima vez) que 007 tiene chances de ser mujer, pero nunca un hombre afroamericano; y Espías a escondidas (Spies in Disguise) se estrena en la Argentina con el protagónico de Will Smith como Lance Sterling, el agente secreto negro más cool del mundo del espionaje. Es cierto, a Lance le faltan la sofisticación y la flema británica, pero le sobran la soberbia armada, el ego y la billetera de Trump. 


Concebida y realizada para capturar la atención de los ojos infanto-juveniles (mi hija y los demás chicos que estaban en la privada de prensa, no pararon de reírse durante la proyección), la primera película animada de Fox bajo gerencia Disney está apoyada en un sólo chiste, explotado al máximo en todas sus variaciones posibles. Si vieron el tráiler ya saben de qué se trata: Y si no, alcanza y sobra con saber que guarda relación con la aversión de Sterling a las palomas (y no con Pigeon: Impossible, el corto de Lucas Martell en que se basa el film). 


Comedia atp que no da respiro, las marchas y contramarchas de su argumento nos llevan de Washington a Japón, de Playa del Carmen a Venecia y de la base de los malos (con muchos orientales entre sus filas) de vuelta a Washington. Sin repetir y sin soplar, pasa por todas las estaciones convencionales del género (peleas, persecuciones, pérdidas familiares, sacrificios personales) para terminar bajando línea moral sobre valores que apoyamos: El trabajo en equipo, la humildad, la perseverancia como base de los logros; y la inclusión respetuosa de los “raros”. 


Diversión sin otras pretensiones. Es lo único que tiene para ofrecer Espías a escondidas. Y a su favor hay que decir que lo brinda en abundancia, muy bien apoyada en la tarea vocal de sus figuras relevantes, Smith y Tom Holland, generadores de la química necesaria para que todo funcione como un relojito. Después de los créditos de cierre hay un alguito. Y ojalá, algún día, hagan una película entera con el estilo de animación que usan para los títulos de apertura. 
Fernando Ariel García

MUJERCITAS: IMAGINARIO DECIMONÓNICO Y SENSIBILIDAD CONTEMPORÁNEA

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Mujercitas. Directora: Greta Gerwig. Protagonistas: Saoirse Ronan (Josephine "Jo" March), Emma Watson (Margaret "Meg" March), Florence Pugh (Amy March), Eliza Scanlen (Elizabeth "Beth" March), Laura Dern (Marmee March), Timothée Chalamet (Theodore "Laurie" Laurence), Meryl Streep (Tía March), Tracy Letts (Sr. Dashwood), Bob Odenkirk (Padre March), James Norton (John Brooke), Louis Garrel (Friedrich Bhaer), Chris Cooper (Sr. Laurence), Jayne Houdyshell (Hannah), Dash Barber (Fred Vaughn), Hadley Robinson (Sallie Gardiner Moffat), Abby Quinn (Annie Moffat) y Maryann Plunkett (Sra. Kirke), entre otros. Guion: Greta Gerwig, basado en el libro Mujercitas (1868), de Louisa May Alcott. Columbia Pictures / Regency Enterprises / Pascal Pictures. EE.UU., 2019. Estreno en la Argentina: 30 de enero de 2020. 

Un clásico de la literatura infanto-juvenil es, ante todo, un clásico de la literatura. Y como tal, lo mejor que tiene para ofrecer son las preguntas con que sigue interpelando a las generaciones (y sociedades) que le prosiguieron. Mujercitas, de Louisa May Alcott, es uno de esos clásicos. Y además de la vigencia de sus avanzados planteos feministas, la novela viene a sumar nuevos puntos de vista y otras experiencias al puntual debate social que hoy reperfila al mundo: El empoderamiento de la mujer y su contracara, el fin del modelo patriarcal. 


La Mujercitas (Little Woman) de Greta Gerwig, en tanto adaptación e intervención del texto original de Alcott, alcanza el equilibrio justo entre el imaginario decimonónico y la sensibilidad contemporánea, a la hora de retratar el fenómeno del feminismo desde su mirada más abarcativa posible. Rompiendo la linealidad narrativa de la novela, la película se articula mediante saltos en el tiempo que refuerzan los efectos dramáticos de una trama que no le escabulle el bulto al dolor y a la felicidad, a la realización y a la postergación de los deseos, al amor encontrado y al amor renunciado. 


Y aprovechando que la historia de Mujercitas estaba basada en la vida de Alcott, Gerwig tunea al personaje de “Jo” March hasta transformarlo en el alter ego ficcional de Alcott y en el alter ego metaficcional de la propia Gerwig, asumiendo que su voz es la confluencia de los millones de voces que hoy dicen ¡Basta! El mundo que gira alrededor de Jo no es el mismo mundo que Jo pone a girar a su alrededor. Y en ese cruce se cuece lo más rico que tiene para ofrecer el film. O sea, el entramado de los cuatro grandes temas que, históricamente, han forjado el universo básico de los mandatos femeninos: La maternidad, la responsabilidad del hogar, las posibilidades laborales fuera de casa; y la búsqueda del amor verdadero, entendiendo por verdadero a la vertiente romántica de tan valorado sentimiento. 


Con el cuerpo y las acciones de las hermanas March, Gerwig se anima a ir deconstruyendo las verdades y los mitos que se han ido asociando a esos cuatro pilares. Hasta llegar a la síntesis más compleja y completa. El único modelo que legitima y fortalece a la mujer como mujer es aquel que cada una haya elegido para sí misma, a consciencia y en libertad, respetando (y haciendo respetar) su identidad como persona y su integridad como ser humano. El resto es materia ficcional que puede servir para escribir una gran novela o filmar una gran película. Como Mujercitas, por ejemplo. 
Fernando Ariel García

UN AMOR A SEGUNDA VISTA: PREVISIBLE FANTACOMEDIA ROMÁNTICA

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Un amor a segunda vista. Director: Hugo Gélin. Protagonistas: François Civil, Joséphine Japy, Benjamin Lavernhe, Camille Lellouche, Édith Scob, Amaury de Crayencour, Juliette Dol, Samir Boitard, Christian Benedetti, Laurent Delahousse y Franck Provost, entre otros. Guion: Hugo Gélin, Igor Gotesman y Benjamin Parent, con la colaboración de David Foenkinos y Lætitia Colombani. Zazi Films / Mars Films / Chapka Films / France 3 Cinéma / C8 Films. Francia / Bélgica, 2019. Sin estreno comercial en la Argentina. Proyectada durante el 2º Tour de Cine Francés, en octubre de 2019. 

Después de venir insistiendo desde sus años de estudiante, Raphaël (François Civil), finalmente la pega. Se ha convertido en el escritor de ciencia-ficción más importante del momento. Sus libros agotan las tiradas y la saga de su alter ego enfrascado en lucha revolucionaria contra el feroz dictador de su literario universo, está a punto de saltar a la gran pantalla. Soberbio y enamorado de su propio éxito, Raphaël no se percata (o no quiere darse cuenta) de que el lugar de privilegio que hoy ocupa es, en gran parte, resultado de las renuncias profesionales que ha hecho su esposa. 


Olivia (Joséphine Japy) se enamoró de Raphaël desde que sus pasos se cruzaron en el patio del colegio. Está claro que su destino era el de ser una de las principales pianistas clásicas de la historia, pero la priorización de la labor de su amado derivó en dos pequeños grandes detalles. Uno: La incorporación de un personaje femenino (alter ego de Olivia) en la serie de libros de Raphael, verdadera impulsora de ese suceso editorial sin parangón. Y dos: En lugar de llenar los principales teatros del mundo, Olivia llena un aula de colegio como maestra de música. 


Hasta que, claro, la crisis marital llega a un punto de no retorno; y ella lo abandona a él. Después de estos primeros diez minutos, el grueso de la película se dedicará a contar los intentos de Raphaël por recuperar el amor de Olivia, tal como señalan los cánones de la previsible comedia romántica. Pero como Un amor a segunda vista (Mon inconnue) no asume su condición de previsible comedia romántica, todo el proceso de reconquista vendrá relatado en un marco explícito de ciencia-ficción. 


Porque después de una mamúa infernal, Raphaël despierta en una realidad paralela donde su historia personal nunca se hilvanó con la historia personal de Olivia. Resultado: Ella es la famosa concertista que debería haber sido y él es el mediocre profesor de literatura que tenía que ser. Consciente del real estado de las cosas, Raphaël deberá elegir entre su lujosa vida mediática sin Olivia, o una vida de trabajador a la sombra de su amada. O sea, entre la fama o el amor. 


Correcta de principio a fin, agradable de seguir, Un amor… no termina de alcanzar la altura de una premisa más interesante que su desarrollo narrativo. Está llena de clichés y se le nota (demasiado) la pretensión cómica que no termina de decantar en humor de ningún tipo. Lo mejor de todo, tal vez, sea la ligereza con que se toma a ella misma, sobre todo en aquellos momentos donde permite el lucimiento lúdico de la pareja protagónica, tanto en el bucólico entorno romántico de la campiña como en el distópico futuro de la París literaria donde batallan los rebeldes. 


De seguro, si Raphaël hubiera despertado dentro de sus novelas, hoy estaríamos hablando de otra película. 
Fernando Ariel García

40 CAJONES: VIAJE AL FIN DE LA NOCHE

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40 cajones. Guion: Rodolfo Santullo, inspirado libremente en un capítulo de Drácula de Bram Stoker. Arte: Jok. Pictus. Argentina, 2012. 

En estos últimos 40 años me he cruzado con un sinfín de draculófilos. De todos los tamaños y colores, con disímiles posiciones tomadas y defendidas. Conocí historiadores cerrados al embellecimiento ficcional operado sobre el buen Vlad Tepes, fanáticos cinematográficos embanderados detrás de las capas de Bela Lugosi o de Christopher Lee (como si no se pudiera abrazar ambas), puteadores del modelo machista-patriarcal que le chupa la sangre a las mujeres, chantas que querían chapear con su foto en los Cárpatos, serios estudiosos del fenómeno del vampirismo y gente común que aún se emociona con las peripecias de un monstruo romántico. 



Pero desde hace 40 años sólo conozco a un tipo que, realmente, la sabe lunga sobre Drácula, el de la verdad histórica y el de la realidad multimediática, el héroe nacional y el Amo de los No-Muertos, el hombre cruel que empalaba a sus enemigos y el mito dandy que les mordía el cuello. Más que un especialista, Hernán Ostuni (que de él se trata) es una especie de sommelier vampírico con la innata capacidad para separar la paja del trigo (no sólo) en lo que a Drácula se refiere. 


Y hace 8 años que este buen muchacho me viene insistiendo con que lea 40 cajones, que me deje de joder con vampiritos de cuarta y le entre, de una buena vez, a uno de los cortes más sustanciosos que se le ha hecho a esta vaca que sigue dando sangre en lugar de leche. Que lo que hizo Santullo es monumental: Agarró un pedacito del libro de Bram Stoker (el viaje en barco del Conde, desde la costa búlgara al nordeste de Inglaterra) y armó una obra íntegra y compacta, fiel a la tradición y coherente a la hora de plantear un Drácula escindido de la moralidad humana. Un Drácula cuya motivación básica para lanzarse al mar rodeado de una tripulación de marineros, da cuenta de su real naturaleza: Una mente maestra en el cuerpo de una bestial fuerza primigenia, inalcanzable e indefinible por nuestros limitados conceptos del bien y del mal. 


Que lo hecho por Jok debería ser reverenciado por los siglos de los siglos. Porque sólo un animal gráfico de su envergadura se animaría a perfilar la presencia de semejante icono a través de su ausencia física. Mostrándolo como un concepto inmanente que trasciende por el peso de sus actos, elegimos sufrir la consecuencia de su existencia porque no soportaríamos la instancia de tenerlo enfrente. Por mérito propio, este Drácula de Jok está en lo más alto del podio, hablándole de igual a igual al Drácula de Fernando Fernández, al del Viejo Breccia, al de Gene Colan, al de Mignola. Único, eterno e inmediatamente reconocible. 


Y después de 8 años, una noche en que estaba desvelado, le hice caso a Ostuni y leí 40 cajones. Y tengo que decir la verdad: Ostuni se quedó corto. 40 cajones es todo lo que me dijo que era. Y más. Y mejor. 
Fernando Ariel García

KLAUS: EL VERDADERO SENTIDO DE LA NAVIDAD

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Klaus. Director: Sergio Pablos. Voces (en inglés): Jason Schwartzman (Jesper Johansson),J. K. Simmons (Klaus), Rashida Jones (Alva), Will Sasso (Aksel Ellingboe), Neda Margrethe Labba(Márgu), Norm Macdonald (Mogens) y Joan Cusack(Tammy Krum), entre otros. Voces (en castellano, para España): Quim Gutiérrez (Jesper Johansson), Luis Tosar (Klaus), Belén Cuesta (Alva), Juan Luis Rovira (Aksel Ellingboe), Pablo Adán (Mogens) y Elena de Maeztu (Tammy Krum), entre otros. Voces (en castellano, para América Latina): Sebastián Yatra (Jesper Johansson), Joaquín Cosío (Klaus) y Cecilia Suárez (Alva), entre otros. Guion: Sergio Pablos, Jim Mahoney y Zach Lewis. Sergio Pablos Animation Studios / Atresmedia Cine / Aniventure. España, 2019. Disponible en Netflix desde el 15 de noviembre de 2019. 

Lo que al principio parecía ser otra película animada sobre el origen de la Navidad, terminó siendo una emotiva obra maestra sobre el verdadero sentido de esa tradición milenaria que conocemos como Navidad, ambientada en algún momento del siglo XIX. Simple, profunda y bella, directa al corazón y sin la necesidad de recurrir a ningún golpe bajo para alcanzar el punto justo de emoción, Klaus es una delicia que se disfruta mucho más cuando se la comparte en familia. Y, sobre todo, si en esa familia todavía quedan chicos de edad y de espíritu. 


Más que una historia de iniciación, Klaus es una historia de crecimiento para los personajes principales (el cartero Jesper Johansonn, el huraño carpintero Klaus y la amargada maestra Alva), pero sobre todo para los habitantes de la inexpugnable isla de Smeerensburg, enclavada en algún lugar del Círculo Polar Ártico y dividida, desde hace más tiempo del que puedan acordarse, por una estéril disputa entre clanes, ciegamente perpetuada por el patriarca y la matriarca de cada facción en pugna. 


Obligado por sus circunstancias, Jesper pondrá en movimiento la maquinaria que (sabemos nosotros, los espectadores) terminará cristalizando en la leyenda de Santa Claus o Papá Noel, pero mezclando los roles para que la alegría navideña no tenga bases sólo atribuibles a la magia, sino al deseo y la dedicación de cientos de hombres y mujeres, comprometidos con el mantenimiento de la esperanza que necesitamos para iluminar el camino. 


Con una dinámica primaria (de grupo y humorística) que remite al mejor Astérix de Goscinny y Uderzo, el film avanza hasta acomodarse en el terreno de la comedia de aventuras protagonizada por la clásica pareja despareja. En el devenir, los opuestos aprenderán las virtudes de la complementariedad; los desconfiados generarán los lazos de amistad necesarios para llevar adelante tan temeraria empresa; y los más chicos se convertirán en el motor de la transformación socio-cultural sostenible en el tiempo.


Es en esa transición donde Klaus crece y se hace fuerte, a punto tal de convertirse en un clásico instantáneo del cine navideño, ideal para ver en cualquier época del año porque aquello que encarna la Navidad es el espíritu con que podemos cambiar el mundo. Paso a paso. Regalo tras regalo. Sonrisa por sonrisa. 
Fernando Ariel García

DYLAN DOG & BATMAN: CON GANAS DE MÁS

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Dylan Dog Gigante Nº 23. Guionistas: Roberto Recchioni, Bill Finger, Dennis O’Neil. Dibujos: Werther Dell’Edera, Bob Kane, Emiliano Mammucari, Neal Adams. Entintado: Gigi Cavenago, Jerry Robinson, Emiliano Mammucari, Neal Adams. Color: Gigi Cavenago, Annalisa Leoni. Apartado editorial: Adriano Barone. Portada: Emiliano Mammucari. Coordinador editorial: Franco Bussata. Sergio Bonelli Editore. Italia, diciembre de 2019. 

Visto de lejos, un poco a las apuradas, parecen mundos irreconciliables. No por las temáticas que aborda cada cual, que eso es lo de menos y (tal vez) lo más parecido. Sí por los estilos, las sensibilidades que manejan al aproximarse a los tópicos que, en diversas ocasiones, han sido los mismos. El océano que los separa, es cierto, todavía no ha quedado del todo saldado, pero lo que han hecho Roberto Recchioni, Werther Dell’Edera y Gigi Cavenago es, hay que decirlo con todas las letras, ES-PEC-TA-CU-LAR. 


La unión de los universos superheroicos de DC Comics y aventureros de Sergio Bonelli, que se inicia con este Dylan Dog & Batman (y seguirá durante 2020 con Flash & Zagor y Nathan Never & Justice League), no podría ser más fructífera, atrapante y prometedora. Y algo engañosa, también hay que decirlo con todas las letras, ya que el Detective de las Pesadillas y el Hombre Murciélago no llegan a interactuar en ningún momento de la trama. 


Protagonizado por las versiones más clásicas e icónicas de los personajes, las veinte páginas del team-up sí reúnen (aunque sea durante un flashback) a los enemigos declarados de los paladines: El payaso del crimen que no necesita presentación; y el científico obsesionado con la creación (y dominio) de los muertos-vivos. O sea, el Joker y Xabaras (anagrama de Abraxas, antiguo Dios que, dicen las sectas gnósticas, representa al Bien y al Mal), cuyo pasado en común deberá repercutir en una próxima historia, mucho más larga, algo más densa y con los héroes (ahora sí) en plan colaborativo. 


Con todos los peros que se le puedan poner a esta degustación gourmet de la alianza Dylan & Bat, presentada originalmente como revista especial en el último Salón del Cómic de Lucca, lo cierto es que la premisa genera una química tan explosiva que logra dejar en segundo plano a los tres clásicos del cómic que complementan este Dylan Dog Gigante Nº 23. Tres pesos pesados que se las siguen bancando a pesar de haber sido leídos y releídos hasta el hartazgo: La primera aparición del Joker, por Bill Finger, Bob Kane y Jerry Robinson; su restauración setentista a cargo de Denny O’ Neil y Neal Adams; y la remake del primer número de Dylan Dog firmada por el propio Recchioni y Emiliano Mammucari. 


¿Qué tiene este Dylan Dog & Batman que lo hace tan especial y atractivo? La certeza de que el entramado funciona. El misterio que lo ata todo a los orígenes de los personajes, con un Hombre Murciélgo abrazado a su obsesión y un Dylan Dog que sale airoso de su mítica primera aventura. Y la promesa de un caos tenebroso y alienante, desbordado desde un Joker sádico y existencialista, capaz de afirmar que “el Diablo no existe. Es sólo Dios cuando está borracho”. 
Quiero más!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 
Fernando Ariel García

A 35 AÑOS DE SU ESTRENO, "VOLVER AL FUTURO" REGRESA CONVERTIDO EN UN MUSICAL

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Mientras esperamos que aparezcan las zapatillas que se atan solas, podemos prepararnos para celebrar los 35 años de Volver al futuro bien a lo grande. 


En Manchester, el 20 de febrero, cuando suba a escena Back to the Future - The Musical, adaptación teatral de la primera película de la trilogía, con Olly Dobson y Roger Bart como Marty McFly y el "Doc" Emmett Brown. 


Toda la info está acá, en esta nota que publiqué hoy en La Nación.

AMENAZA EN LO PROFUNDO: 20 MIL LEGUAS DE ALIEN SUBMARINO

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Amenaza en lo profundo. Director: William Eubank. Protagonistas: Kristen Stewart, Vincent Cassel, T.J. Miller, Jessica Henwick, John Gallagher Jr., Mamoudou Athie y Gunner Wright, entre otros. Guion: Brian Duffield, Adam Cozad. Chernin Entertainment. EE.UU., 2020. Estreno en la Argentina: 20 de febrero de 2020. 

En el fondo del mar, nadie puede oírte gritar. Y si para definir esta Amenaza en lo profundo (Underwater), uno recurre al juego con la frase promocional del primer Alien, es porque la película de William Eubank no intenta ser otra cosa que una versión subacuática del film de Ridley Scott. Tampoco lo esconde, es cierto. 
Estamos en la plataforma submarina de una compañía minera. A once kilómetros por debajo del nivel del mar, en algún lugar de las fosas de las Marianas. Estamos es un decir, porque antes del minuto uno la plataforma se resquebraja y el variopinto grupo de sobrevivientes (capitán acomplejado, mujer empoderada, mujer miedosa, chistoso de turno, obligado representante de alguna minoría) tiene que intentar salvarse yendo hasta otra plataforma. Caminando por el lecho marino. 


Y ahí es donde entran los monstruos, más deudores del imaginario lovecraftiano que del universo biomecánico de Giger. Y paremos de contar porque lo que queda es el juego del gato y el ratón; y ya sabemos quién es quién aunque no hayamos visto la cola de la película. 


Correcta y sin segundas lecturas, autoconsciente de su estatus de copia disfrazada de homenaje metaficcional, Amenaza… logra evadir los pecados típicos de esta clase de producciones espejo. Pero como Eubank no es Scott y Kristen Stewart no es ni la sombra de Ripley, el resultado final es una anodina fusión entre la ciencia-ficción y el horror psicológico, fácil de seguir, bonita de ver y rápida de olvidar. 
Fernando Ariel García

GRETEL & HANSEL: OSCURA FÁBULA EMPODERADA

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Gretel & Hansel. Un siniestro cuento de hadas. Director: Oz Perkins. Protagonistas: Sophia Lillis(Gretel), Sam Leakey (Hansel), Charles Babalola (el Cazador) y Alice Krige (la bruja Holda), entre otros. Guion: Rob Hayes, basado en el cuento Hansel y Gretel, de los hermanos Grimm. Orion Pictures / Automatik Entertainment / Bron Creative. EE.UU. / Canadá / Irlanda, 2020. Estreno en la Argentina: 20 de febrero de 2020. 

En su naturaleza primigenia, los cuentos de hadas exhiben una misión de aleccionador adoctrinamiento patriarcal. Mujeres y niños, en ese orden, suelen aparecer representados como los emergentes de la otredad que deben ser reprimidos y domesticados. Por su propio bien, por supuesto. Una educación sentimental generada para naturalizar el ejercicio del dominio jerárquico que estipula la inamovible Ley del Padre que tan bien supo (y sabe) predicar la Iglesia. 


Por eso, lo más interesante que tiene esta Gretel & Hansel no es la subversión del “orden natural” en que se presentan los personajes, sino la adecuación de aquellos viejos contenidos a los contemporáneos paradigmas feministas. En lo formal, por supuesto, pero sobre todo en el terreno del campo simbólico. Porque además de ser la adolescente que debe atravesar el bosque haciéndose cargo de su hermano menor, Gretel es también la mujer que deberá atravesar el interregno madurativo que va de la niñez a la adultez, si es que decide hacerse cargo del rumbo de su vida. 


Dentro de una película notable por la inteligencia de sus planteos, la idea más atrevida cobra forma en la instalación dramática del empoderamiento femenino. Un poder (literal y metafórico) al que sólo pueden acceder algunas mujeres, aquellas que se animan a ser. Como Gretel, si finalmente decide hacer valer sus deseos y expectativas por sobre los mandatos históricos y culturales. O como Holda, la bruja que desde hace años (¿siglos?) los viene haciendo valer en medio del bosque. Lo revolucionario del planteo del guionista Rob Hayes y el director Oz Perkins está ahí, en el diálogo que mantienen Gretel y Holda, en la conceptualización del empoderamiento como una herramienta desprovista de valores ético-morales, una puerta hacia el bien o hacia el mal, al alcance de la mujer que quiera potenciar lo mejor o lo peor de su condición humana. 


Por suerte, la puesta en escena prescinde del efecto sanguinolento fácilmente asimilable a una bruja que se come a los chicos, crudos o cocidos. En vez del asco, Perkins apela al desarrollo de una atmósfera de incomodidad creciente, capaz de hacer confluir las tragedias naturales con las perversiones sobrenaturales. Una dualidad gótica donde los límites entre la realidad y el sueño (¿o la pesadilla?) se manifiestan de manera sutil y brutal, configurando un mundo estético dominado por figuras de luz que sólo pueden dibujarse con sombras. 
Fernando Ariel García

EL LLAMADO SALVAJE: CIVILIZACIÓN Y BARBARIE

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El llamado salvaje. Director: Chris Sanders. Protagonistas: Harrison Ford (John Thornton), Dan Stevens (Hal), Omar Sy (Perrault), Karen Gillan (Mercedes), Bradley Whitford (Juez Miller), Colin Woodell (Charles), Cara Gee (Françoise) y Scott MacDonald (Dawson). Con Terry Notary como modelo real para la intervención digital sobre el movimiento y las expresiones del perro Buck. Guion: Michael Green, basado en el libro El llamado de lo salvaje (1903), de Jack London. 20th Century Studios / 3 Arts Entertainment. EE.UU., 2020. Estreno en la Argentina: 27 de febrero de 2020. 

De la cálida y confortable California a los fríos y desolados paisajes del Yukón. De los mimos y atenciones de la señorial mansión en Santa Clara a las exigencias extremas del Klondike. De una vida acomodada en la gran ciudad a la lucha por la supervivencia en plena fiebre del oro del siglo XIX. Este es el viaje que emprenderá Buck, un enorme perro cruza de San Bernardo y Scotch Collie, que le implicará dejar atrás su pátina civilizatoria para abrazar la naturaleza ancestral de su raza. Que, no casualmente, es la del lobo antes de ser domesticado por el hombre. 


Basada en la más famosa novela de Jack London, El llamado salvaje (The Call of the Wild) prioriza el perfil juvenil que históricamente ha quedado asociado a El llamado de lo salvaje / El llamado de la selva, gracias al protagonismo animal de la trama. La decisión argumental, por lo tanto, termina licuando las aristas más oscuras y aquellas secuencias de extrema crueldad y violencia del original, injertando pasos de comicidad física destinados a generar las risas de la platea menuda. 


Si bien aborda la tensión existente entre el instinto y su mediación cultural, entre la naturaleza y los límites de la intervención humana, entre la barbarie y la civilización; el resultado final está bastante lejos de la búsqueda existencialista planteada por London. Reconvertida en hollywoodense aventura infanto-juvenil, la película de Chris Sanders cumple (con creces) los deberes del moderno entretenimiento melodramático, con el foco puesto en la superación personal del buscavidas John Thornton (un efectivo Harrison Ford) y del perro Buck (fusión real y virtual entre el animal y el eximio Terry Notary, ex artista del Cirque du Soleil y uno de los principales coreógrafos de movimiento que reconoce la industria). 


Cosa curiosa. A pesar de su ritmo justo y su imaginería visual despampanante, la película no alcanza a cumplir con la máxima que pregona. Planteando indiscutibles valores morales desde la coyuntura de un manual de autoayuda, la cosmogonía que despliega sólo sirve para instalar con más fuerza la supremacía de las formas por sobre los contenidos. Como si el llamado de lo salvaje nos instara a someter nuestra identidad a los mandatos de la corrección política imperante en nuestros tiempos. Creo que London hablaba de otra cosa.
Fernando Ariel García

UNIDOS: OPACO JUEGO DE ROL SUBURBANO

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Unidos. Director: Dan Scanlon. Voces (en inglés): Tom Holland (Ian Lightfoot), Chris Pratt (Barley Lightfoot), Julia Louis-Dreyfus (Laurel Lightfoot), Octavia Spencer (Corey), Mel Rodriguez (Colt Bronco), Kyle Bornheimer (Wilden Lightfoot) y Grey Griffin (Dewdrop), entre otros. Voces (en castellano): Emilio Treviño (Ian Lightfoot), Carlo Vázquez Díaz (Barley Lightfoot), Gaby Cárdenas (Laurel Lightfoot) y Regina Orozco (Corey), entre otros. Participación especial de Cande Molfese (Althea) y Ruggero Pasquarelli (Gurge). Guion: Dan Scanlon, Jason Headley, Keith Bunin. Canción de cierre:Carried Me With You, interpretada por Brandi Carlile. Walt Disney Pictures / Pixar Animation Studios. EE.UU., 2020. Estreno en la Argentina: 5 de marzo de 2020. 

Imaginemos, por un momento, un mundo en donde los manuales de Dragones y Mazmorras no son antiguas guías para el clásico juego de rol, sino los verdaderos libros de historia de una civilización marcada por la omnipresencia de la magia y la convivencia entre los distintos seres mitológicos y fantásticos de nuestros cuentos de hadas. Imaginemos, por un momento, que un buen día la magia se retiró quién sabe a dónde, sobrepasada por los adelantos tecnológicos que permitieron alcanzar (casi) los mismos resultados, de manera inmediata y sin esfuerzo. 


No imaginemos más, porque lo que queda es el mundo de Unidos (Onward), la nueva película de Disney – Pixar, ambientada en los suburbios de una gran ciudad que cambió el polvo de hadas por los motores de combustión interna, los espacios abiertos y naturales por las moles de concreto y las planicies de asfalto, la adrenalina de la aventura por el virus del sedentarismo, la iniciativa personal por la repetición de una rutina tan cómoda como monótona. 


Y si la representación de este mundo es lo mejor que tiene para ofrecernos el film de Dan Scanlon, se debe (en gran parte) a que Unidos también resignó el riesgo creativo en favor de un excesivo apego a la fórmula que tan buenos resultados le viene dando a los estudios del Tío Walt y su lamparita saltarina. Historia de empoderamiento adolescente y resignificación de las verdaderas raíces familiares, la película pasa de la empatía sentimental para llegar a las lágrimas por el fácil camino del golpe bajo. Y a la hora de conmover al espectador con la historia de una relación trunca entre un padre y sus hijos, elige ir por los atajos más convencionales. 


Eso sí, emparentada como está con el universo simbólico de los juegos de rol, hay que reconocer que Disney y Pixar saben cómo tirar los dados y cuando bajar las cartas que hay que bajar. Ensamblada de manera sorprendente, Unidos domina y manipula las reglas de cada mano para ganar todas las partidas. Pero la trampa no reemplaza a la magia. No se hace una gran película con un mal chiste de Los Simpsons y cinco buenas coreografías robadas a Bernie Lomax. 
Fernando Ariel García

LA BIBLIOTECA DE LOS LIBROS OLVIDADOS: ¿LITERATURA O MARKETING?

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La biblioteca de los libros olvidados. Director: Rémi Bezançon. Protagonistas: Fabrice Luchini, Camille Cottin, Alice Isaaz, Bastien Bouillon, Astrid Whettnall y Josiane Stoléru, entre otros. Guion: Rémi Bezançon y Vanessa Portal, basado en la novela Le Mystère Henri Pick (2016), de David Foenkinos. Mandarin Cinéma / Gaumont Production. Francia, 2019. Estreno en la Argentina: 12 de marzo de 2020. Proyectada en octubre de 2019, durante el 2º Tour de Cine Francés, bajo el título El misterio del Sr. Pick

En todo el mundo, la industria del libro vive de vender la mayor cantidad posible de ejemplares. Y está bien que así sea. Pero, en un mercado como el francés, definido por una notable sobreoferta que pareciera obligar a una cada vez más acelerada rotación de los títulos, ¿de dónde se agarra una editorial a la hora de posicionar su libro por sobre los de su competencia? ¿De dónde las librerías, al momento de distribuir los espacios finitos de sus estantes y vidrieras? ¿De dónde la crítica literaria, para visibilizar una obra puntual, un determinado autor? ¿De dónde el público, llegado el momento de cerrar el círculo y pagar el precio determinado para la experiencia de esa lectura? 


Según La biblioteca de los libros olvidados (Le Mystère Henri Pick), todo depende de la calidad que tenga la historia a ser vendida. La calidad de la historia literaria, o la calidad de la historia que cuente el marketing sobre la historia literaria. Cuando ambas confluyen, pareciera decir el film, la obra artística es una sumatoria de esos logros internos (literatura) y externos (campaña publicitaria). O sea, el best-seller del año, el libro del que todos hablan, el que todos compran y todos leen, el que todos hubieran querido escribir, el que todos hubieran querido editar. 


Estamos en Crozon, un pequeño pueblo costero de la Bretaña francesa. Allí, una inescrupulosa joven editora, hambrienta por ocupar nuevos y mayores espacios de poder en una prestigiosa editorial parisina, se topa con una extraña iniciativa local. Una biblioteca dedicada a preservar aquellos manuscritos rechazados por la industria (en este sentido, La biblioteca de los libros rechazados hubiera sido un título más acertado para comercializar el film en la Argentina). Y en uno de sus estantes, encuentra el sueño de todo profesional del medio: La historia de amor escrita por un pizzero iletrado (el Henry Pick del título original), con la calidad literaria necesaria para dialogar de igual a igual con Pushkin, con Dostoievski, con Proust, con Duras. Y la historia por detrás de ese texto, tanto o más interesante que la propia novela, garantía segura de una prolífica cobertura mediática nacional e internacional. 


Ahora, ¿qué pasaría si este evento cultural del año fuera una mentira, una patraña montada por esta inescrupulosa editora dispuesta a todo? Planteada como un policial de enigma con toques cómicos, la película de Rémi Bezançon siembra la duda para, antes de resolver el asunto, abordar una serie de cuestionamientos críticos sobre la actual escena literaria parisina y los verdaderos porcentajes de consumo y de cultura que poseen los nuevos consumos culturales promovidos por las viejas prácticas capitalistas. Con un erudito escritor frustrado devenido arrogante crítico literario devenido mediocre émulo de Sherlock Holmes, Bezançon mete el dedo en la llaga y se pregunta dónde pone las prioridades la industria editorial. ¿En el talento o en las posibilidades comerciales?
Fernando Ariel García

BLOODSHOT: RÁPIDO Y FURIOSO

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Bloodshot. Director: David S. F. Wilson. Protagonistas: Vin Diesel (Ray Garrison / Bloodshot), Eiza González (KT), Sam Heughan (Jimmy Dalton), Toby Kebbell (Martin Axe), Guy Pearce (Dr. Emil Harting), Lamorne Morris (Wilfred Wigans) y Talulah Riley (Gina DeCarlo), entre otros. Guion: Jeff Wadlow y Eric Heisserer, basado en personajes y situaciones creadas por Kevin VanHook, Don Perlin, Bob Layton y Duane Swierczynski para el cómic Bloodshot, de Valiant Comics. Columbia Pictures / Bona Film Group / Cross Creek Pictures / Annabell Pictures / The Hideaway Entertainment / Original Film / Valiant Entertainment. EE.UU., 2020. Estreno en la Argentina: 12 de marzo de 2020. 

Los productores hicieron lo que tenían que hacer y tomaron la decisión más sabia (¿la única?) que podían tomar. La verdad es que, a pesar de sus casi 30 años de vida editorial, Bloodshot es un personaje que no conoce nadie fuera del gueto comiquero. Por eso, en vez de hacer una película de superhéroes con Vin Diesel, hicieron una película de Vin Diesel con excusa superheroica. Que puede sonar parecido pero no es lo mismo.


El fondo de la cuestión sigue los lineamientos básicos que el cómic estableció bajo la fórmula de los distintos lanzamientos y relanzamientos que ha hecho la escudería Valiant con el paso del tiempo. Entre idas y vueltas, ha dejado establecido que el marine de élite Ray Garrison fue resucitado después de morir, gracias a la inyección de millones de robots nanotecnológicos en su torrente sanguíneo, hecho que terminó transformándolo en la perfecta máquina de matar. El supersoldado ideal, con exabruptos patrioteros, poderes regenerativos que reíte de Wolverine; y la capacidad de interactuar con cualquier aparato electrónico y/o fase de internet. Pero (siempre hay uno) con serios huecos en su memoria.


Si pispearon el tráiler ya saben de qué va la película. Y ese es el gran problema del film. No cuenta una historia, sino que alarga in extremis una circunstancia obvia y sin sorpresa, hasta terminarla de manera obvia y sin sorpresas. Una aventura efectiva, rápida y furiosa. Como para que Vin Diesel se sintiera cómodo haciéndola. Y los espectadores de las películas de Vin Diesel se sintieran cómodos viéndola. Lo bueno es que no se planta con pretensiones inaugurales de universo ficticio cohesionado a la Marvel. Empieza y termina. De manera abierta, como todo ahora en Hollywood, pero termina. 


No hay cameos raros, no hay referencias ocultas o disfrazadas, no hay semillas que esperen germinar en futuros desprendimientos paralelos y simultáneos. Es el origen de Bloodshot, el mismo machote unidimensional que Vin Diesel viene interpretando, con la misma cara y otros nombres, en un montón de películas distintas. Con un vistoso tratamiento estético de la violencia, eso sí. Y paremos de contar, porque ni siquiera tiene escena post-créditos. 
Fernando Ariel García

GATÚBELA CUMPLE 80 AÑOS Y TIENE UNA HIJA CON BATMAN

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Glamorosa ladrona de guante blanco. Prostituta de los barrios bajos, orgullosa justiciera de los desposeídos y las abusadas. Espía internacional, cazadora de recompensas y brutal asesina. Criminal amnésica, hija de un padre alcohólico y una madre suicida, o tal vez descendiente ilegítima de un capomafia . Sobreviviente de las calles, experta en hacer las cosas equivocadas por las razones correctas. Dueña de un espíritu independiente que también supo mostrarse como domesticada compañera. Antiheroína con un código ético tan estricto como personal. Antagonista declarada y amante turbulenta de Batman, Gatúbela festeja sus primeros 80 años agregando un nuevo rol a su vida: Madre de Helena, la hija que tiene con el Hombre Murciélago. 


Toda la info está acá, en la nota que hoy publiqué en La Nación.
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